PERSONAS
Diez acepciones contempla la RAE cuando rastreamos la palabra persona. Desde la simple "individuo de la especie humana", hasta "hombre o mujer prudente y cabal".
Me atrevo a aseverar que hay tantas consideraciones como personas, valga la redundancia. Prudente y cabal, ¿Qué es eso? Pues sigamos con el diccionario.
Prudente, "que tiene prudencia y actúa con moderación y cautela". Cabal, "excelente en su clase".
La humanización del animal late hasta el punto de la deshumanización del humano. Puntos contrapuestos en la catalogada sociedad del Dios progreso. Increíble eufemismo, que deroga tal burda. Alejarnos de nosotros mismos no es ni humanizar, ni progresar, ni.... ¡Ni ser personas!
La retórica se encona cuando hablamos de nosotros mismos. "Esta persona es buena", como título nobiliario del ya avanzado siglo XXI. Nos sorprendemos, más que normalizamos, algo que debería ser la excepción.
Comienza una nueva temporada montera, tantos pensamientos como personas, tantos comportamientos como personas, tantas personas como personas.
En una sola jornada, intempestiva en lo climatológico, se vislumbra toda la RAE. Amigos de toda la vida, compañeros de fatigas, nunca mejor dicho, gente de bien y... algún que otro conductor de Fórmula 1 cinegético.
Hablando de porcentajes, y volviendo a incidir en el cómo somos las personas, tiene más peso el no bien, que el mayoritario rigor y sentido común, la vida misma. Observar como de manera altruista personas se involucran con su tiempo, vehículos y fuerzas para culminar el ciclo montero, debe servir como evidente modelo de positivismo de caza y de vida. Mención aparte los incombustibles arrieros, que paliza y sonrisa en su gesto llenan de autenticidad esta ancestral afición. También comprobar, como tantos monteros con un solo gesto, impregnan de verdad las lógicas decisiones que se dan en la caza, es el culmen de la verdadera esperanza.
Personas, grandes personas que es de lo que se trata,en la caza... y en la vida.