Caza social, recreativa y sostenible.
Unión Nacional de Asociaciones de Caza (UNAC)
Hoy, Antonio Mota, secretario de UNAC, nos relata la importancia de la caza social para mantener el arraigo de la tradición.
La caza social, recreativa y sostenible es
todo lo relacionado directa o indirectamente con las personas que poseen una
licencia de caza y la practican de manera recreativa agrupándose en sociedades,
asociaciones o uniones de cazadores sin ánimo de lucro, sin un fin deportivo o
competitivo, ni económico o mercantil, basado en el beneficio y autocontrol
mutuo y en el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales de un territorio
que custodian; donde la actividad o acción que se desarrolla en el ejercicio o
gestión de la caza no pone en peligro las poblaciones de especies cinegéticas y
no cinegéticas, ni sus hábitats, y sus miembros como propietarios, nativos o
vinculados en dichos lugares rurales se involucran socialmente en su
organización, transmitiendo de generación en generación sus actividades,
patrimonio, conocimientos y tradiciones.
Debemos preservar la caza social
Tendríamos que retroceder a la prehistoria
para encontrar la verdadera razón de la existencia de la caza social en las
sociedades de cazadores-recolectores, una organización social a través de la
caza y los cazadores que ha inculcado comportamientos y valores al hombre, y se
ha transmitido de padres a hijos y de abuelos a nietos, a lo largo de siglos.
Las sociedades de cazadores-recolectores han
sido una de las formas de organización y de subsistencia social más antiguas y
persistentes de la historia del hombre: estableciendo jerarquías, trabajos en
equipo, división de tareas, movilidad, sostenibilidad de los recursos
naturales, conocimientos territoriales, medio de transmisión de información y
experiencia, creación de arte, fabricación de herramientas y utensilios, etc.
Una forma social de la caza que ha perdurado y aportado a la sociedad actual
concepto y valores para la convivencia social y la sostenibilidad medio
ambiental. Comportamientos sociales en el seno de la caza que han transcendido
a lo largo de los siglos a nuestra sociedad actual.
El hombre es cazador y animal social por
naturaleza y racional por evolución, lo lleva en sus genes, y vive y se
relaciona con sus semejantes a través de grupos sociales, que le han
proporcionado a lo largo de su historia un beneficio común y personal. Nuestros
abuelos y padres durante siglos han cazado y se han relacionado en el seno de
las sociedades de cazadores, como lo hicieron sus ancestros organizados en las
sociedades de cazadores-recolectores, donde su característica más destacable
está basada en el beneficio y autocontrol mutuo, y en el aprovechamiento de
recursos naturales sin llegar a agotarlos utilizando la gestión como estrategia
de ejecución.
Este aprendizaje desde la prehistoria hasta
nuestros días, a través de las sociedades de cazadores, forma parte de nuestra
historia, nuestras raíces y de nuestra tierra, y conforma nuestra identidad.
Por ello preservar la caza social, recreativa y sostenible y abogar por los 12
derechos de los cazadores es honrar la cultura, tradiciones e idiosincrasia y
las señas de identidad de nuestros antepasados.
La organización de la caza social
Los cazadores nos unimos mediante sociedades
de cazadores con el fin de gestionar el territorio en el ámbito
local-municipal. Las sociedades de cazadores se agrupan en asociaciones de caza
con carácter provincial, insular o autonómico. A su vez, las asociaciones de
cazadores autonómicas se vinculan entre si en una asociación de carácter
nacional.
La Unión Nacional de Asociaciones de Caza
(UNAC) representa a la caza social y recreativa ante las administraciones
estatales; al margen de la caza deportiva (cazar más en menos tiempo) y
comercial (hacer negocio con la caza).
La caza es una actividad recreativa, según
define la Comisión Europea cuando habla en sus textos de la materia cinegética.
La cinegética (arte de la caza) es un elemento de conservación cuando los
recursos naturales se aprovechan de forma sostenible como dice la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Por lo tanto, el
cazador es un elemento indispensable para el equilibrio de las poblaciones de
fauna silvestre.
Sus alianzas con otros cazadores en
asociaciones de cazadores son totalmente necesarias para mejorar y restaurar
los hábitat de las especies cinegéticas y no cinegéticas, como desde hace
décadas se viene realizando, y para involucrar a la sociedad en la preservación
de nuestro rico Patrimonio Natural. Sin embargo, esa labor de preservación del
Patrimonio Natural Cinegético no es reconocida desde las instituciones
oficiales, ni mucho menos respaldada, aunque éstas les hayan impuesto la
planificación de dicha labor a través de los Planes de Caza o planes de
ordenación cinegética desde hace años.
Los Cazadores
La caza social está constituida por lo
cazadores de pueblos, aldeas, y emigrantes a las grandes ciudades que con sus
descendientes contribuyen con los terrenos de su propiedad y de los vecinos
donde nacieron, al común territorio gestionado desde las sociedades de
cazadores en las zonas rurales donde se criaron.
Cazadores con multitud de sentimientos
genéticos ancestrales que no le permiten desligarse del contacto con la
naturaleza, como medio de evasión y esparcimiento. Una vez se ha perdido la
necesidad de cazar para alimentarse. Cazadores con grandes conocimientos del
medio natural y folklore de las zonas de origen, reconocidos para otras
materias, pero obviados para la caza. Cuestiones de identidad e idiosincrasia
de los cazadores que les son arrebatadas por muchas administraciones cuando
regulan y tratan a los cazadores y a sus asociaciones de caza como entidades
deportivas.
Incluso algunos, para vivir y aprovecharse de
los cazadores y de la caza, nos han hecho creer que la caza es un deporte,
cuando es mucho más que un simple deporte. Por eso, es necesario la implicación
y el respaldo de cada uno de nosotros en una pasión única de devolver a la Caza
lo que en derecho le pertenece (Derecho de la caza 1). Sobre todo en estos
momentos críticos de valores que acentúan un individualismo exacerbado
provocado, entre otras razones, por una sociedad de consumo que se tambalea.
El respeto a la ley y a los derechos de los
demás, son fundamento del orden político y de la paz social. La separación del
mundo rural del urbano acentúa el desconocimiento de la labor de conservación
que realizan los cazadores. Lo que provoca ataques continuos en contra de la
caza. Por ello, depende de nosotros, los cazadores, restablecer nuestro derecho
a ser tratados con dignidad, decoro y honorabilidad (Derecho de la caza 2); con
una actitud positiva, modélica y respetuosa desde ésta parte. Subestimada por
aquellos que desde la ignorancia nos juzgan con una falta de respeto atribuido
a sus derechos extremistas, que quieren que el derecho de los cazadores empiece
al terminar el suyo, pretendiendo pasar por encima de los derechos que siempre
tuvieron los cazadores.
Las Sociedades de Cazadores
Las sociedades de cazadores gestionan,
conservan y ponen en valor con carácter general el territorio municipal al que
están vinculadas e adscritas. Trabajos de siembras, comederos, instalación de
bebederos, creación de balsas o aguaderos, limpiezas arbustivas, construcción
de majanos, control de predadores oportunistas, etc… mejoran el hábitat y las
poblaciones de las especies cinegéticas, no cinegéticas y protegidas.
También realizan controles de plagas en
relación a la agricultura o la seguridad vial. Entidades, las sociedades de
cazadores, que a través de acuerdos con los propietarios custodian esa parte de
nuestro patrimonio natural, el de las especies silvestres cinegéticas, como
entidades de 1er. nivel. En contraposición no se les reconoce a las sociedades
de caza lo que en derecho resulta evidente, lo que son y lo que hacen.
Entidades para la preservación del Patrimonio Natural Cinegético, y su
custodia.
En conjunto, si hiciéramos números, la caza
social estaría por encima en la preservación del medio natural respecto a las
inversiones reales de las administraciones u otras organizaciones. Además de
dichas inversiones económicas, los cazadores, con las cuotas sociales financian
las tasas de matriculación de los acotados, los seguros de responsabilidad
civil, las cesiones de terrenos comunales etc., lo que supone un movimiento
económico nada baladí. No proporcional, en ninguno de los casos, a la ayuda
recibida desde las administraciones. Sobre todo, teniendo presentes a otros
grupos conservacionistas que si perciben y no aportan. Lo que en derecho
debería implicar una financiación específica y acorde para la caza partiendo de
lo que ingresamos los cazadores por ese concepto.
Resulta esencial que las sociedades de
cazadores recojan en sus Estatutos sociales esas labores a favor del medio
natural, que difícilmente serán reconocidas siendo entidades deportivas: Clubes
y federaciones deportivas amparadas en leyes deportivas y registros que tienen
otros objetivos a la caza.
Filosofías deportivas introducidas a
martillazos durante décadas con el fin de que algunos puedan vivir de la caza y
los cazadores, como ha quedado demostrado sobradamente.
Sin embargo, los cazadores y las asociaciones
de caza cuentan con las leyes de caza. Normas eminentemente ambientales
aplicadas desde las consejerías de Medio Ambiente o relacionadas con el Medio
Rural en la que la principal finalidad es la de fomentar, proteger, conservar y
aprovechar ordenadamente los recursos cinegéticos. Fines también contenidos en
los Estatutos de las Sociedades de cazadores.
Leyes de caza que para regular la
organización de los cazadores y de sus agrupaciones acuden en muchas ocasiones
a la parcela deportiva. Cuando sólo unos pocos cazadores practicamos el deporte
de forma puntual y compitiendo en el seno de la caza. Aunque el noble arte
cinegético tenga intrínseco el ejercicio físico, como otras actividades lo
tienen y no por ello son deportivas. Si esto lo sumamos a que nuestras
sociedades de caza gestionan territorio y no deportes. Entonces representa un
derecho que desde la ley de caza correspondiente contemos con una regulación
conforme a la realidad que practicamos.
UNAC para territoriocinegetico.com