Comenzamos octubre
y con ello damos el pistoletazo de salida al primer artículo de mi blog "Solognac
con Bea Alcoya".
Si hace
años, cuando era una aprendiz en esto de la caza, me hubieran dicho que mis
palabras podrían interesar a tantas personas, no me lo hubiera creído. Siempre
he sido muy directa, en cuanto a mis pensamientos y convicciones, y por supuesto
la caza para mí no es una creencia, sino una convicción, la convicción real de
que no hay mejor manera de respetar y cuidar el campo que practicando este
deporte, este legendario arte, al que seguro hay que agradecer que a día de hoy
estemos aquí.
¡Y sí! Me he
ido por los cerros de Úbeda, pero es que cuando se trata de hablar de caza no
tengo fin.
¡A lo que voy!
Como dije en mi vídeo de presentación, pertenezco a una familia de tradición
cazadora, es decir, llevo la caza en la sangre.
Todavía
recuerdo aquel primer día de caza menor con mi padre y mí abuelo, mis dos
grandes maestros, un día de perdiz en mi pueblo Alfaro, un rincón riojano
enclavado en el valle del Ebro, con grandes calles llenas de vides y un
majestuoso monte Yerga desde el cual nuestra vista se pierde hasta dibujar al
fondo los Pirineos.
No es un
terreno muy duro para cazar, bueno, eso lo pienso ahora, cuando comencé a ir de
morralera con mi padre, tenía solo 4 o 5 años y ahí os aseguro que, si me
parecía duro, a día de hoy, después de haber pisado otros cotos de España puedo
asegurar que los hay peores. Y más si de la caza de la perdiz se trata.
Recuerdo ese
primer día con ilusión, todavía con ese entusiasmo de las primeras perdices, de
su sonido al batir las alas, de las carreras detrás de ellas y por qué no
decirlo, de las terribles rozaduras que me hicieron las botas que
llevaba.
¡Claro!
estamos hablando que era mi primer día, era una niña y creo que por aquel
entonces no existía todavía ropa de caza
para niños y si existía, desde luego, nosotros no la conocíamos, así que mi
atuendo fueron unos vaqueros viejos, un jersey rojo, por eso de que mi madre era muy previsora y
prefería que se me viera a kilómetros, y unas botas de terciopelo azules con
cordones rosados que era el “must have” de la temporada. Vamos, que cazábamos
con lo que teníamos a mano, era lo que había.... Con el paso de los años todo
eso ha ido evolucionando, la industria de la caza ha ido creciendo en todos los
negocios relacionados con ella y sobre todo con los artículos textiles y ¡bendito
el día!
Muchos años
he estado cazando con ropa de hombre, que bueno…. Cómoda del todo no me
resultaba, sobre todo los pantalones, todos sabemos que la forma del cuerpo de
una mujer y un hombre es completamente diferente y claro era complicado que la
ropa se adaptará a mí, más aún cuando pase de ser una niña a convertirme en una
mujer. A finales de este periodo muchas veces optaba por mis propios vaqueros,
aunque tenía la pega de que la resistencia de los mismos no era la más adecuada
y al final los pinchos hacían de las suyas
A día de
hoy, una de las mejores cosas que he vivido con Solognac ha sido la creación de
la gama de mujer, la primera vez que me puse unos pantalones de caza de mujer
fue en la media veda del 2018 y no sabéis la sensación tan gratificante. ¡Por
fin cazaba cómoda!
Los primeros
pantalones que utilicé de la gama fue el pantalón 500 reforzado de tiempo seco.
Que contaros
de este pantalón…. Su tejido de algodón con elastano y su cintura elástica le
da una gran adaptabilidad a la fisionomía del cuerpo de cualquier mujer,
aportando una gran libertad de movimientos, esos tan necesarios cuando subimos
y bajamos ribazos, pasamos acequias y sorteamos maleza. Además, una de sus
principales novedades para una mayor comodidad de todas las cazadoras es la
ausencia de costuras entre las piernas evitando así los molestos roces que a
veces se provocan por la fricción de los muslos.
También
contamos con un gancho para sujetar el pantalón a nuestras botas, omitiendo la
subida del pantalón, lo que nos aporta una mayor confianza a la hora de
enredarnos entre la maleza, protegiéndonos con el refuerzo de estructura
sargada de doble capa.
Como podéis
ver toda una joya de la caza para la mujer, que, con 5 modelos de diferentes
tecnicidades en su colección, hace accesible la caza a cualquier mujer.
Hasta este
punto, hemos descrito solamente uno de los artículos de la amplia gama que
conlleva la colección de mujer que Solognac ha creado para las cazadoras, como podéis
ver este articulo seria algo interminable si os desgranase la colección
completa, por que la variedad es amplia, pero no va ser hoy el caso, seguiremos
hablando de esta colección en otros artículos dependiendo del uso de los
mismos.
¡Eso
sí! Antes de despedirme quería seguir con otro de los artículos básicos de
la gama y que toda cazadora lleva en sus días de caza, ya sea en la caza menor
como en la caza mayor y que estoy segura muchas de vosotras, lectoras, tenéis
en vuestras manos, ya que ha sido una de las prendas mejor aceptada de la
colección. Y no es para menos, ya que tiene un diseño moderno y al mismo tiempo
clásico, estoy hablando del chaleco de caza.
¿Qué cazador
hoy en día no lleva chaleco en sus salidas cinegéticas? Incluso los hay que
tenemos un chaleco para la caza al salto, para la caza del zorzal en puesto
fijo y otro diferente para las batidas y monterías.
Aunque es
cierto que el chaleco es más usado en caza menor que en caza mayor, por eso de
que, tenemos que andar varios kilómetros
escopeta en mano, con los bolsillos y cartucheras llenas de cartuchos y
las piezas abatidas, además del agua imprescindible para nosotros y nuestros
compañeros perrunos, en las batidas y monterías es imprescindible llevar un
chaleco de tejido EPI (fluorescente) y no por moda, si no por nuestra
seguridad, es indiscutible que la visibilidad es una de las partes
fundamentales de la caza a día de hoy ya que nuestra protección es
imprescindible.
Por todo
ello las ingenieras de producto de Solognac crearon el chaleco de mujer,
reversible, con su lado marrón de tejido resistente a la maleza pensado para la
caza menor y su lado de tejido EPI en camuflaje cuyo tejido mitiga los sonidos
provocados por el movimiento del cazador, en definitiva un chaleco que nos
permite disfrutar de cualquier tipo de caza en una sola prenda, con comodidad,
sofisticación, protección y seguridad, con gomas laterales que permiten la adaptación
total en nuestro cuerpo, dándonos margen para poder ponernos más ropa en caso
de los días más fríos y que no tengas que pensar si iras cómoda además de
hacerlo más transpirable. También, contamos con diferentes bolsillos por si necesitas
portar tu munición o simplemente meter las manos en ellos, por supuesto como no
puede faltar, el morral está adaptado para poder guardar todas nuestras piezas
abatidas sin mancharnos y con la seguridad de la impermeabilidad.
Además, para
mayor comodidad portando nuestra arma la zona del hombro esta acolchada.
Como os he
dicho podría extenderme varias hojas y aun así no acabaría de contaros a la
perfección todo lo que esta colección tiene que ofrecernos, sus posibilidades
son infinitas, y el trabajo no ha hecho más que empezar.
Hasta aquí el
artículo que da salida a nuestros meses de caza. Espero que os guste, que lo leáis,
y que, por supuesto podáis preguntarme por aquí o por mis perfiles en las redes
sociales, todo aquello que deseéis.
He disfrutado
tanto escribiendo este articulo, que ya estoy deseando de veros en noviembre
cazando a la perdiz.
Un saludo a
todos y feliz comienzo de temporada.