lunes, 21 de septiembre de 2020

Canes, por Rehalas León

Rehalas, ¿afición o negocio?

Estamos a menos de un mes para el comienzo de esta nueva temporada y seguimos con la incertidumbre de si podremos o no cazar. La evolución de la pandemia no da pie a confirmar al 100% que la realización de las monterías sea factible, pero los plazos se cumplen y los rehaleros han de cumplir la ley al dedillo.
Como cada año, la vacunación antirrábica es obligatoria, hay que microchipar a los cachorros, deparasitar y poner al día a cada uno de los integrantes de la rehala antes de que comience esta nueva campaña. ¿Pero este año será una inversión a fondo perdido?

Cualquier negocio en el que sus ingresos sean inferiores a sus gastos iría a la quiebra, ¿entonces por qué seguimos con esta bendita afición? El amor incondicional de un rehalero hacia sus perros no se mide con los ingresos de una temporada de monterías, puesto que en muchos casos no llegar a suplir los gastos anuales de transporte, alimentación, veterinarios, licencias, seguros...

Para todos aquellos que entre sus ideales tienen esto como negocio, les invito a hacerse cargo de los gastos de una treintena de perros durante todo el año, y que conduren el beneficio que aportan de octubre a febrero para su mantenimiento los 365 días.

¿Y el tiempo? ¿Nuestro tiempo no se cobra? Como en cualquier empresa las horas deberían ser remuneradas, ¿no? Este cálculo creo que ningún propietario de rehala lo hacemos, ya que la dedicación de un par de horas diarias a ellos superaría los 5000 euros anuales, ¿entonces esta pérdida es por afición o por negocio?

Se presenta un año difícil para el mundo de la rehala y de la caza en general, si las monterías no se pueden llevar a cabo tendremos que apretarnos el cinturón y demostrar que los perros son parte de nuestras vidas, no un negocio.

Somos un sector al que en muchas ocasiones se mira con inferioridad, y hay quien cree que por el hecho de recibir una remuneración en las monterías debemos estar al servicio de quien así lo plazca. Pero recordad, un rehalero caza por afición igual que cualquier montero que porte un arma, y la dedicación hacia sus animales es plena durante todo el año, valoralo, porque sin rehalas no hay monterías.

Ojalá podamos disfrutar de infinidad de lances en esta temporada venidera, pero la claridad al final del túnel se encuentra aún lejana, por lo que hago un llamamiento a la cordura y ruego responsabilidad a todos los participantes de las monterías, sino será imposible disfrutar de nuestra afición.


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