CAZA ÉTICA
Aquí me encuentro, sentada en una piedra, en mitad del monte, al lado de un rascadero aparentemente de gamo. Sola, con mi arco y mi oído, intentaré hacerme con él de la forma más purista que puedo cazar ¿O no es así?
Mentira.
Me encuentro en el mismo sitio, con mis prismáticos y mi rifle, ¿sigue siendo caza purista no?
Mentira de nuevo.
Me encuentro sentada en esa piedra, con los prismáticos, mi rifle y un monocular térmico... !¡Dios! ¡Con la Iglesia hemos topado! ¡De purista nada!
He pensado mucho al respecto, sobre lo que es ético, purista, legal en materia cinegética y el mayor problema que veo es que se confunden estos conceptos y se mezclan las cosas.
Lo legal, lo tenemos todos claro, ya que son normas escritas que todos podemos consultar y que estamos obligados a cumplir. Nada que objetar.
El problema viene con los conceptos de caza ética y purista, ya que cada uno entiende una cosa y pone los límites dónde buenamente considera, y no solo eso, lo defiende como como si no hubiera más verdades o formas correctas de actuar.
Lo cierto, es que a los animales a los que solemos dar caza, Dios les ha provisto de unos sentidos muy desarrollados, como son el oído, el olfato y en algunos casos, la vista. Gracias a los cuales, muchas veces, se libran de sus depredadores.
Nuestra mayor habilidad como ser humano, es el ingenio, gracias a él hemos conseguido inventar utensilios con los cuales poder dar caza a los animales, y aquí señores, entra todo. Desde las lentillas y gafas para solventar nuestras dioptrías hasta un dispositivo térmico, un arma, unos prismáticos y un calzado y ropa adecuados para soportar el frío.
¿A dónde quiero llegar?
Para ser cazadores puristas al 100%, deberíamos esperar en un árbol, saltar sobre nuestra presa y hacernos con ella solo con nuestras manos...¿Te verías capaz?
Sinceramente, lo único que busco con estas líneas, es concienciar que la tecnología y las armas que utilizamos, serán bien o mal utilizadas en función de la persona que las porte. cada uno decide de forma autónoma cómo usarlas.
La honestidad y el buen hacer de un cazador, bajo mi punto de vista, no va a cambiar nunca, aunque cambie la forma de cazar su presa, pudiendo regular la dificultad de la cacería en función de sus circunstancias y momento en el que se encuentre de su vida, ya que la experiencia es un grado y el tiempo disponible para disfrutar de nuestra afición es limitado en muchos casos.
Virginia Caballero para www.territoriocinegetico.com
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