viernes, 19 de junio de 2020

Canes, por Rehalas León

El teckel

Este año, aunque tarde, damos por inaugurada la temporada de recechos y esperas. Todos los preparativos son pocos, muchas horas de campo y por fin llega el momento de jugar lance sobre el ansiado animal, pero los nervios nos traicionan a la hora de colocar la bala. ¿Hay algo que peor siente que no cobrar un animal herido?

Para dicha tarea recurrimos una vez más a nuestros inseparables compañeros de caza, una de las razas que mejor resultado da a la hora de trabajar sobre el rastreo de sangre es el teckel o dachshund. Estos pequeños alemanes son muy polivalentes, y con frecuencia se utilizan también para la caza en madriguera, dando excelente resultado.

Se trata de un animal de estructura baja, con extremidades cortas y cuerpo alargado pero compacto. Dentro de la misma raza encontramos tres divisiones según tamaño (standard, miniatura y kaninchen) y según pelaje (duro, corto y largo), siendo habitual en el mundo cinegetico el standard de pelo duro, en color jabalí u hoja seca.

Su temperamento equilibrado y su reducido tamaño facilita su convivencia dentro del hogar y el número de ejemplares aumeta exponencialmente como animales de compañía, pero no debemos olvidar que es un raza seleccionada durante años para la caza. En la actualidad además de las pruebas morfológicas cuenta con varias pruebas de trabajo en las que los jueces elegirán a los mejores ejemplares como futuros reproductores para la cría.

Esta raza ha evolucionado conjuntamente su morfología y su funcionalidad, como debería ser en todas las razas de trabajo, ya que eliminar aquellas pruebas funcionales en razas seleccionadas durante siglos para dicho fin es condenarlas a su decadencia.



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