sábado, 11 de mayo de 2019

La picada

 Takumi-fish.

(Sección de pesca)


Hoy publicamos un sensacional reportaje de pesca, en el que el equipo Takumi-fish nos muestran sus espectaculares señuelos. Todo un avance electrónico para la práctica de la pesca.

Detrás de la marca Takumi-fish se encuentra un equipo de artesanos aficionados a la pesca en el mar desde embarcación y costa. Desde su casa-taller, situada en un pueblecito cerca de la costa cántabra, salen todos sus señuelos. Desde el 2016 llevan descomponiendo y rehaciendo ideas, un trabajo de mucho tiempo y esfuerzo, que en el 2018 vio la luz por primera vez.

Como muchos pescadores, un día comenzamos a elaborar nuestros señuelos basándonos en los del mercado: jigs, cabezas plomadas, tairubbers... En uno de esos días donde estás rodeado del mar y la cabeza desconecta de la realidad de la rutina, fue cuando casualmente se nos ocurrió la idea de poder introducir dentro de una cabeza plomada un sistema electrónico que mejorase las capturas, al hacerlos más llamativos a los grandes depredadores. Tras conseguir dar con todos las piezas necesarias para poder llevar a cabo este reto, empezamos a modificarlas.

Hasta poder sacar un prototipo fiable ha pasado mucho tiempo entre prueba y prueba, y noches sin dormir. Finalmente, decidimos ponerle un doble sistema de interruptor, uno con el contacto con el agua y otro con la inclinación del señuelo que a su vez nos da un extra; el sensor de inclinación hace la función de un rattle. Así hemos conseguido que la batería interna no se descargue cuando el señuelo no está en uso. Mediante este procedimiento, hemos logrado que la batería encienda la luz de los ojos durante más de 20 horas, siempre en descenso, por lo que tendrá vida para muchos días de pesca.

Desde hace unos años nos hemos decantado por la modalidad de pesca a jigging que consiste en dejar caer el señuelo hacia el fondo del mar y una vez que llega al fondo darle tirones con la caña, asemejando a un pez herido, consiguiendo que los grandes depredadores lo quieran devorar.

Ahora estamos iniciándonos en la pesca desde costa a spinning y para ello hemos creado,gracias a una mezcla de plomo y resina especifica para nuestros señuelos, una cabeza de como mínimo de 10 gramos, donde poder alojar el extra de la luz en los ojos.

Este tipo de cabezas están pensadas para que tengan su mayor eficacia cuando pescamos de noche, al amanecer, anochecer, días de poca luz o mar turbia.

Los vinilos intentan parecerse lo máximo posible a un pez, por lo que nuestras cabezas parten de una réplica de la cabeza de un verdel que modificamos para poder conseguir el gramaje necesario.

Nuestro taller es un humilde garaje de casa donde hemos colocado varias mesas con la maquinaria para poder elaborar cada proceso del señuelo. Por un lado, disponemos de una zona donde damos forma al alambre para poder empezar a fundir el plomo en los moldes que vamos realizando cada vez que sacamos un nuevo modelo al mercado, en esa misma mesa también lijamos una a una cada cabeza de manera artesanal, intentando evitar las imperfecciones del plomo. Una vez lijadas las cabezas plomadas, nos desplazamos a la zona de pintura para después barnizarlas y dejarlas secar. Transcurridas las 24 horas de secado metemos la electrónica en cada cabeza.

Todo este trabajo es un sueño hecho realidad; la creación de un señuelo artesanal e innovador en el mundo de la pesca.

Poco a poco iremos introduciendo en el mercado diferentes pesos, modelos e incluso estamos ya empezando a hacer nuestros primeros prototipos en poteras artesanas.

El equipo de Takumi-fish está compuesto por una familia y varios experimentados pescadores repartidos por la geografía que testan y nos ayudan a mejorar cada señuelo gracias a sus conocimientos del medio y ganas de que este proyecto salga adelante; sin su ayuda no sería posible hacerse un hueco entre las grandes multinacionales.