miércoles, 30 de noviembre de 2022

De barrera a barrera

BEGOÑA LÓPEZ

Entrevistamos a Begoña López, cazadora y docente que hoy sabemos más de esta extraordinaria conjugación cinegética.
TC. Muy buenas Begoña. Antes de comenzar, ¿Quién es Begoña López? 

BL. Alicantina, de madre murciana y padre andaluz. Graduada en Educación Infantil y Educación Primaria, con un máster en tecnología educativa, entre otras cosas. Mi mundo es la educación, trabajo en un colegio de un pueblo de Murcia y mi objetivo es buscar el tesoro que cada niño lleva dentro. LA CAZA NO ES MI VIDA, PERO ME LA DA. La caza, me da vida, me (des)conecta, me divierte, me apasiona, me hace pasar momentos increíbles junto a mi familia. 


TC. La afición se crea, pero también se hereda. ¿Quiénes han sido tus referentes cinegéticos? 

BL. Varias generaciones atrás han tenido este deporte como una pasión, de mi abuelo Juan José pasó a mi padre (Indalecio) y a mis tíos (Juan, José María y Adrián), y de ellos a mí. Ellos, 4 hermanos nacidos en Fuente Vera, una pequeña pedanía de Castril, Granada. Han heredado de mi abuelo, el sentido de la lucha, del trabajo, del amor a la familia y de la caza. Nada me hace sentir más orgullosa que saber de quien vengo, y compartir con ellos afición.


TC. ¿Qué modalidades de practicas? 

BL. En mayor medida la caza mayor, en sus tres modalidades: montería, rececho y espera. Aunque en varias ocasiones también he practicado caza menor. El rececho siempre me ha gustado más, aunque al final lo que verdaderamente me gusta, es el contacto con el monte, patear la sierra, el sonido de la naturaleza, etc. 


TC. Nos relatas brevemente ese lance o vivencia cinegética que más te haya marcado?

BL. Podría contar muchas aventuras vividas, una reciente fue un rececho con mi tío Juan, en una finca en Toledo. En la cual abatimos un venado medalla de oro, pero os voy a contar una anécdota más personal…. La vivencia cinegética que más me ha marcado personalmente fue una montería, en la que compartí puesto con mi padre el 29 de diciembre de 2018. Os relato el día: Todo empezó como un día normal, un sorteo de puestos, en el que nos reunimos con los cazadores de la misma armada para organizamos por coches, con el fin de ir hasta los distintos puestos en los menores coches posibles. Mi padre y yo nos fuimos con un hombre llamado Paco y su hijo Jaime. Los puestos de Paco y Jaime estaban antes que el de mi padre y el mío, por lo que nos llevamos su coche unos metros más arriba. Pasó la mañana y mi padre y yo aunque vimos animales, no cazamos nada, ni un solo tiro pegamos. A la vuelta, cuando fuimos a recoger a Jaime este nos comenta que ha matado un marrano, su primer marrano y que el marrano no estaba en el lugar en el que le pegó el tiro, y que unos hombres de la misma armada consideraban que era suyo. Tras ver que ese jabalí por el lugar en el que había muerto pertenecía a Jaime, se creó una anécdota, ya que si Jaime hubiese estado solo, los señores del otro puesto le hubiesen quitado el marrano, el cual ya tenían hasta subido a su coche. Tras ese suceso, Jaime y yo nos hicimos una foto con el marrano. A día de hoy, Jaime es mi pareja. Ese día no cacé, me cazaron o me dejé cazar. (jajaja) 


TC. Como docente. ¿Cuál es tu opinión sobre el tratamiento de la cinegética en la escuela?

BL. No podría decir cómo es el tratamiento de la caza en la escuela, porque directamente no se trata, en ocasiones siento que fuese un tema tabú. Como tutora y maestra de la asignatura de Ciencias de la Naturaleza, siempre explico a mis alumnos la importancia de la caza para el equilibrio de los ecosistemas. El hacer ver a los alumnos esta importancia, me vino a raíz de una pregunta que lancé hace unos años a una clase de niños de 5º de primaria (niños de 10-11 años). La pregunta fue: ¿por qué creéis que hay animales en peligro de extinción? a lo que un niño me contestó: “por culpa de los cazadores”. 


TC. ¿Has tenido algún problema, llamémoslo juicio de valor, sobre la combinación de tu profesión y de tu afición? 

BL. No solo relacionado directamente con mi profesión, sino también en mi circulo social. En la zona en la que vivo: Pilar de la Horadada, Alicante, la caza mayor no es un deporte común como puede ser en el pueblo de mi padre, ni se suele entender el mundo de la caza, ni menos aceptarlo. Y sí, en ocasiones he sentido juicios de valor, en dónde he tenido que lidiar con frases como: “a una chicha como tú no le pega ser cazadora” o “madre mía maestra y le gusta la caza”. Pero bueno, todo es pensar en qué saben de caza las personas que lo dicen, para no afectarte ese tipo de comentarios. 


TC. En la actualidad se tilda a la caza de no estar dentro de los gustos de los más jóvenes. ¿Cuál sería tu alegato? 

BL. Es cierto que la gente joven, sobre todo, la que vive lejos de la sierra, no se interesa por este deporte, a no ser que lo hayan heredado por familiares o amigos, incluso consideran la caza como un deporte de “antiguos”. Pero yo creo que al final todo depende de gustos más que de edad, porque si algo te motiva y mueve por dentro no importa la edad. 


TC. ¿Qué futuro crees que les depara a la caza? 

Espero que la caza tenga un largo y buen futuro y que yo pueda dejar esta huella tan botina en mis futuras generaciones, aunque para ello cada uno de nosotros debemos de hacer un esfuerzo en donde luchemos contra la caza ilegal y favorezcamos lo derechos de los cazadores.



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lunes, 28 de noviembre de 2022

Conocer es conservar, por Guillermo Cano

NUESTRAS ACCIONES NOS DEFINEN


Los que me leéis y, sobre todo, los que me conocéis, sabéis que no soy alguien fácil de enfadar, pero es que mientras escribo esto no estoy enfadado, sino decepcionado.

Decepcionado por lo visto en mi última jornada de caza, una jornada en un día que, aunque caluroso, se presentaba claro e ilusionante.

La cosa iba de montería, montería en la que en lo personal tuve la suerte de cazar un jabalí, que a buen seguro ésta, me proporcionará carne sana, salvaje y ecológica durante unos cuantos meses.

Pero no vengo a hablaros de mi situación particular, vengo a hablaros de una situación vivida ese día y, a la que por desgracia, más de uno estará acostumbrado, una situación que hace tambalearse el principal pilar que sustenta la caza en nuestros días.

La jornada había acabado y solo dos de la decena de jabalíes cazados se bajaron al pueblo, el resto … "para los buitres", por no hablar de los cazadores que repicaron en el puesto eso de "a ver quién lo saca de aquí", "ahí se queda" o "yo no lo quiero para nada".

Pero bueno, una vez puestos en antecedentes y buscando la reflexión de quién me lee, me pregunto:

¿Para qué cazamos? ¿Simplemente por el placer de apretar un gatillo? ¿Para "echar" una mañana en el campo?… Llamadme loco, porque para mí la caza dista mucho de esto.

¿Cómo explicamos a alguien ajeno a nuestro mundo que rodeamos una mancha, soltamos perros dentro y cazamos con el único fin de dejar allí los cuerpos de los animales que la naturaleza nos regala, sin brindar ni el más mínimo respeto, sin consumir su carne en la mesa?

Estamos derribando el pilar que mejor nos defiende, y nos está dando igual.

Ahora que está de moda hablar de políticos, de ecologistas… ¿No seremos nosotros, con nuestras acciones, los responsables de nuestra imagen en la sociedad?

Qué paren el tren que yo me bajo, porque está caza no es la que yo quiero, ni para mí,
ni para los que en un futuro seguirán apreciando esta actividad con el respeto y la solemnidad que se merece.

La caza, sin nobleza no merece llamarse como tal.


Guillermo Cano para www.territoriocinegetico.com


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sábado, 26 de noviembre de 2022

Cazadora y ecologista, por Virginia Caballero

DECISIONES QUE CAMBIAN TU VIDA


Hay días en los que te levantas y piensas que todo es una mierda, el tráfico de todos los días, el mismo trabajo, rutina, costumbres, día a día... y piensas: ¿De verdad quiero esto? ¿O lo hago porque es lo convencional, lo aceptado o, simplemente, lo que está bien o esperan de mí?

Salir de la zona de confort da miedito, lo sé por experiencia, pero si es para intentarlo... ¿Por qué no?

Yo dejé mi trayectoria profesional, en la que había invertido 10 años de mi vida entre estudios y experiencia, para dedicarme de una u otra forma a lo que me gustaba: LA CAZA.

No fue fácil, aunque no lo parezca, ser mujer y llevar una trayectoria profesional en el ámbito sanitario te cierra muchas puertas cuando quieres pivotar a este sector, pero de pronto, no sé si por ser pesada e insistir mucho, o por mi valía, HUNTY me dio la oportunidad de estar un pasito más cerca de mi sueño. No os podéis hacer una idea lo que he crecido como persona y como cazadora dentro de esta pequeña familia que, con sus más y sus menos, me ha aportado tanto y ha creído y confiado en mí. Han sido muchos meses de trabajo muy duro para que salieran los números, haciendo equipo y ayudándonos los unos a los otros y, la verdad, es que la familia que me llevo y que ha unido esta pasión, no la cambio por nada del mundo, porque todos y cada uno de los que han pasado y de los que están en la empresa son personas maravillosas.

Con pena me despido y cierro este capítulo. Con miedo como siempre, pero con ganas de aportar mucho en el nuevo proyecto para el que voy a trabajar, solo espero poder seguir muchos, muchos años vinculada al sector cinegético y aportar mi pasión, mis ganas y mi visión de este mundo tan bonito que nos une y en el que parece que cada vez nos lo van a poner más difícil.

Te invito, si alguna vez lo has pensado, a intentarlo, a no quedarte con las ganas y a ser feliz.

Qué la vida son dos días y lo que no hagas hoy...igual mañana es tarde.


Virginia Caballero para www.territoriocinegetico.com

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lunes, 21 de noviembre de 2022

Hablando de campo, con Poveda

HACIENDO GESTIÓN


Hola amigos, este mes quería contaros el bonito día de campo que pasé cazando en familia a rececho pudiendo abatir mi primer gamo.

El gamo es un animal que me encanta por su cuerna, su elegancia y esa peculiar manera de avanzar pegando saltitos. Y eso lo sabe sin duda Juanjo, que a la mínima ocasión que tiene nos avisa para poder ir a cazar y seguir sumando momentos a nuestro álbum de jornadas cinegéticas.

Me llegó un mensaje “prima tengo un gamo localizado que tenemos que quitar”. Me contó que era un animal bonito pero que se quedó cojo el año anterior y que desde ahí paró su desarrollo, siendo además apartado del rebaño por su cojera. Buscamos de inmediato una fecha y la dejamos marcada para irnos de rececho.

Llegó el día, todo preparado y nos dirigimos a la finca al amanecer. Al ir hacia el cazadero vimos multitud de reses de un buen porte, pero hoy no eran ellas las protagonistas, hoy tocaba buscar “el cojo”. Pasaba la mañana, y en ese lugar donde tantas horas se dejaba ver, estaba desierto, por más vueltas que dábamos, nada, no daba la cara. 

Cuando pasado el mediodía vimos metido en el monte, unas palas que asomaban y Juanjo, que le conocía bien, me dijo, ahí le tienes. Preparamos la entrada y la suerte no quiso estar de nuestro lado, unas motos por un camino cercano pasaron levantando una polvareda y haciendo un ruido que hizo que nuestro amigo decidiera escapar monte adentro dejándonos sin lance. Ya era imposible, asique nos fuimos a la casa, a buscar una buena caldereta de venado que nos había preparado Martín y allí contamos lo sucedido mientras llenábamos la barriga. Una siesta, y a recechar a última hora rezando para que el día nos diera de sí para localizar nuestro gamo.

La verdad que el cérvido dio la cara rápidamente y desde unos 120m aproximadamente logré hacer un disparo certero en el codillo cayendo a plomo sobre sus pies.

Nos acercamos y rápidamente nos dimos cuenta de la gran labor realizada ya que el pobre animal tenía la pata izquierda totalmente rígida con una articulación que parecía soldada. Su pezuña era puntiaguda debido su falta de apoyo y su cuerna se había visto reducida con relación al año anterior debido a la cojera.

Procedimos a sacar la carne, que por cierto, es exquisita y nos llevamos el recuerdo que siempre quedará grabado en nosotros.

Hoy tocó gestión y hubo que quitar un animal con problemas ya que la caza no es solo abatir el mejor trofeo sino contribuir y ayudar a que el desarrollo del campo se haga de la mejor manera posible.

¡VIVA LA CAZA!


Poveda Espinosa para www.territoriocinegetico.com

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sábado, 19 de noviembre de 2022

Con tacones y caracola, por Marta López

PRIMER LANCE DE LA TEMPORADA

Este mes he dado comienzo a mis jornadas de caza, tanto de mayor como de menor. Pero todos los que me conocéis, sabéis que soy una apasionada de la caza mayor y que la practico en gran parte.

El comienzo se presentaba con bastante incertidumbre, se preveían jornadas de bastante calor y duras. No acompañan nada a la hora de cazar. Si para los monteros han sido sofocantes, no quiero imaginar para los más importantes de la montería, las Rehalas. 

Tengo que reconocer que no hay jornada que no haya pensado y sufrido por ellos. Porque el calor era abrasante, hasta el punto de quemarme solo de estar en el puesto. Dentro de lo posible, en cada jornada, he intentado ayudar como he podido, o bien ofreciendo un cacharro con agua a todo perro que pasaba sofocado, incluso a todo aquel rehalero que se ha acercado por mi puesto. Soy de las personas que piensa que si nos ayudamos, todo es más fácil y más sabiendo que ellos son los que me brindan los lances en cada jornada. “Faltaría menos”.

Los primeros días, aparte de ser duros, debido a las altas temperaturas, la suerte no ha estado de mi lado. O bien los bichos que cumplían por mi puesto no podía tirarlos o no cumplían con lo que buscaba y también los he fallado. Pero así es la caza, y como cazador nunca pierdo la esperanza.

Hasta que el pasado fin de semana acudía a una montería en la que tenía puestas muchas esperanzas. Reconozco que desde por la mañana mis nervios ya afloraban.

Puesto precioso, de testero, donde si el animal entra con tranquilidad disfrutas de su presencia sin que el se dé cuenta. Al poquito de ponernos, por la zona más espesa del testero, como si de un elefante corriendo se tratara, nos percatamos que algo nos entraba. Un guarro, os juro que no se que tiene este animal que consigue ponerme como un flan. Son mi debilidad. Bajaba como una bala, le pegué tres tiros, y sabía que en el primero le había enganchado. Pero se metió en el tiradero del puesto de al lado.

Él le tiró, y no sabía si me lo había rematado. En el puesto estuvimos toda la mañana debatiendo de que si le había dado, no estaba muy claro. Pero yo sabía que sí, le vi hacer un extraño. Mi cabeza no dejó de dar vueltas toda la mañana y tenía claro que según terminara iría a buscarlo.

Antes de ponerme a buscarlo, recogí bártulos y puse rumbo al coche a dejar el arma. Al llegar al coche, sin yo decir nada, el puesto de al lado vino a decirme que me lo había rematado. Que el guarro le había dado en la tripa. Y que la tenía sacada un pelín mas adelante. ¡Qué alegría!. Poca gente hace eso, es verdad que era una guarra y no un macho. Pero soy de las que piensa que todavía queda buena gente en el mundo. Y es un gesto muy honrado, porque hoy en día poca gente lo hace.

Después de unas cuantas jornadas, por fin me he estrenado esta temporada. Aunque como sabéis, siempre digo que es lo menos importante de la caza. Me siento muy afortunada de poder disfrutar del campo cada fin de semana.

Aunque como todo cazador, espero tener mas lances para el recuerdo como éste, durante el año.

Espero que hayáis comenzado bien la temporada.

Marta López para www.territoriocinegetico.com

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miércoles, 16 de noviembre de 2022

Tiempos de caza, de la mano de JOCAEX

LA CAZA, LOS ENCUENTROS

Días antes preparándonos, pensado en cómo será la jornada, si la suerte irá de nuestra mano o cómo se presentará el día. 

Es rara, por no decir inexistente, la mañana que te levantas de la cama para ir a una jornada de caza y no te comen las mariposas el estómago. Vas de camino y los nervios van aumentando por segundos. Llegas al sitio donde dará comienzo la jornada y, para mí, uno de los mejores momentos es el encontrarte con caras conocidas o con amigos que llevas meses sin ver. Un abrazo que llena el alma y un desayuno para llenar las tripas, charlas y anécdotas que comienzan calentando el cuerpo. 

Sorteo, camino al puesto, y una mañana que parece ser soleada y no muy fría, nada mejor para un día de campo, que sabes, que aunque no acompañe mucho la suerte, a quien le gusta el campo, disfrutará igualmente de ese momento. 

Se empiezan a escuchar las primeras ladras, las primeras voces y con suerte algún que otro “raspajeo” que provocan que tu corazón vaya más rápido que nunca. Vuelves a encontrarte con todos y comienza el momento en el que se comenta todo lo ocurrido durante la jornada, los lances, las sensaciones buenas o malas, los fallos y anécdotas que marcarán el día. 

No ha habido suerte, suerte de lograr abatir alguna pieza, pero, sin embargo, te pones a recapacitar, recopilar y acaba siendo un día casi perfecto, en el que te encuentras con amigos, en el que disfrutas del campo, de la naturaleza, de las sensaciones que provocan un día de caza y que sin duda son las que más enganchan a esta pasión.


Isabel Caballero para www.territoriocinegetico.com


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lunes, 14 de noviembre de 2022

Canes, por Mª Ángeles Ayuso

EL CACHORRO

Cachorro, el pequeño perro que a muchos cazadores nos quita el sueño desde que elegimos ese perro y esa perra que serán sus padres.

Para criar un cachorro que cumpla todos los requisitos que cualquier cazador desea en un buen perro de caza, lo primero que debemos hacer es seleccionar a los padres. En mi opinión, estos deben de ser unos perros completos en cualidades de caza. Esto dependerá de la raza y la modalidad en que se utilice.

Una vez cubierta la perra le daremos un mejor cuidado, ya que a medida que los cachorros crezcan, tendrá un mayor desgaste físico. Por lo que mejoraremos su alimentación y le daremos más tranquilidad.

Transcurridos aproximadamente unos dos meses se produce el parto. Momento delicado en el que debemos intentar estar atentos, por si acaso hubiese alguna complicación. El habitáculo debe estar adecuado al tamaño de nuestra perra y estar perfectamente acondicionado.

Pasados unos 15 días los cachorros empezaran a abrir los ojos y sobre unos 20 días comenzaran a dar sus primeros pasos. A los 30 días aportaremos un alimento extra a parte de la leche materna. Con esto, estaremos preparándolos para el destete y evitaremos que la perra se venga abajo ya que los cachorros necesitan más alimento.

En unos 40 o 50 días procedemos al destete. En el transcurso de estos días realizaremos una desparasitación interna y una primera dosis de vacuna. A las dos semanas; segunda desparasitación interna y segunda dosis de vacuna. (Esto es como yo lo hago puede variar según el criador).

De aquí en adelante el cachorro debe tener siempre comida a su disposición preferentemente pienso de cachorro acompañado de unos aportes puntuales de carne. Tampoco le debe faltar en ningún momento agua limpia y fresca.

A partir de los dos meses y medio de edad ya podemos empezar a “campear” nuestros cachorros realizaremos pequeños paseos en tiempo y espacio para que el perro se vaya soltando. A medida que vayan creciendo aumentaremos el tiempo y distancia de estos paseos, teniendo así mas tiempo para juegos, carreras y primeras búsquedas.

Ya con unos 7-8 meses estos cachorros estarán preparados y listos para acompañar a perros experimentados los que serán sus mejores maestros, porque en mi opinión lo que se aprende con babas no se olvida con canas.

De esta manera cuando el perro llegue a la edad de un año / un año y medio podremos tener un perro hecho e independiente capaz de desarrollar el ejercicio de la caza en su plenitud.

De aquí en adelante solo queda disfrutar de ese perro que con tanto esfuerzo y sacrificio hemos sacado adelante para tener el mejor compañero que se puede tener en este mundo, que es la caza. Recordar que este es mi punto de vista y mi manera de hacer.

Un saludo y buena caza.


Jerónimo Fernández Rodríguez para www.territoriocinegetico.com


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jueves, 10 de noviembre de 2022

Coto abierto

PASIÓN Y MUERTE DE UN VALIENTE

“Si el vínculo afectivo que une a cualquier persona con su perro es siempre muy estrecho, el de un cazador con su can va muchísimo más allá, convirtiéndose en un amor mutuo, sempiterno e incondicional. El perro de caza son las piernas, los ojos, los oídos, la nariz y el instinto de cualquier cazador. El grado de empatía y compenetración que alcanza un cazador al salto con su fiel compañero y colaborador es difícil, por no decir imposible, que se produzca en cualquier otra relación entre hombre y animal”. (Juan Delibes de Castro)

Con estas bellas y evocadoras palabras comienza mi querido amigo Juan Delibes el prólogo de mi primer libro, Pasión y muerte de un valiente. Nadie como él podría describirlo mejor. En este pequeño párrafo, Juan resume muy bien la naturaleza del vínculo que une a un cazador con su perro de caza. Pero Pasión y muerte de un valiente no se limita a describir cómo es esa relación, este libro va mucho más allá. No se trata solamente de un libro de caza sino de un relato entrañable muy recomendable para todo aquel que ame la vida, la Naturaleza y los animales. Nos encontramos además, ante una obra de carácter biográfico que narra todas las aventuras y desventuras que su autor, en este caso yo, viví con mi primer perro de caza desde que este tenía un mes de vida hasta que fallece once años más tarde de manera trágica e inesperada. 

En este libro el lector no solo encontrará maravillosas descripciones de idílicos cazaderos, oníricos lances minuciosamente detallados, un sinfín de anécdotas relacionadas con el campo y la caza o datos muy interesantes sobre las querencias de diferentes especies de la menor, sino que además, hallará un firme y meticuloso alegato en defensa de la caza y de las buenas prácticas cinegéticas que desgraciadamente tan en desuso se encuentran hoy en día.

A lo largo de toda la obra, hay una aguda crítica, tanto implícita como explícita, de lo que yo humildemente considero como malas prácticas cinegéticas y que tanto están desvirtuando la verdadera esencia primigenia de la caza. Porque, desde mi punto de vista, la práctica cinegética debe ser una actividad atávica y visceral que nos traslade a tiempos pasados y remotos donde el hombre libre, persiga a una pieza libre en un terreno libre, tal y como solía aseverar el añorado maestro Miguel Delibes. De la misma manera, me duele ver como, muy a mi pesar, la caza tradicional y ancestral languidece en pro de una caza intensiva y de bote que tan flaco favor hacen a la actividad venatoria y a quienes la practican. En mi humilde opinión, este tipo de cotos no tienen justificación alguna, por mucho que algunos se empeñen en buscarla, porque no aportan ningún beneficio ni ventaja. Me atrevería a decir incluso, que solamente reportan inconvenientes y contraindicaciones puesto que desvirtúan la verdadera esencia de la caza haciendo que esta pierda su carácter primigenio y despojándola además, de su espíritu deportivo. Y, lo que es todavía más grave, haciendo que la incertidumbre y dificultad que le dan sentido, desparezcan por completo. Asimismo, estos cotos pueblan el campo de sucedáneos de perdiz roja carentes de instinto de supervivencia que tan negativamente influyen en las poblaciones autóctonas provocando su hibridación y en última instancia su desaparición. 
En fin, se podrían enumerar bastantes más efectos contraproducentes, pero esto no es lo más preocupante, lo verdaderamente alarmante de la situación es, que lejos de limitarse o prohibirse la actividad de estos cotos, se incentivan por parte de las federaciones autonómicas esgrimiendo una serie de argumentos insostenibles y muy cuestionables.

En definitiva, Pasión y muerte de un valiente no deja de ser un compendio de razones y principios, que son mis principios, que abogan por defender el espíritu primigenio de la caza porque este es a mi juicio es el único válido. Por este motivo, no solo recomiendo su lectura a todos los amantes de la caza, la Naturaleza y el mundo rural, sino también a todos aquellos que desconocen la actividad venatoria y se posicionan en contra de ella, para que tras su lectura, puedan juzgar con cocimiento de causa, porque tal y como decía Don Miguel Delibes Setién: “la caza, bien entendida, no es muerte sino vida”.

Para finalizar, os dejo un pequeño fragmento:

“Cada jornada era una aventura deslumbrante y, sobre todo, diferente e impredecible. Daba igual lo que hubieras elucubrado quiméricamente en la rutinaria vigilia nocturna. Nada sería igual, ni siquiera se asemejaría lo más mínimo a lo imaginado y eso es lo verdaderamente extraordinario y adictivo de esta locura, Currito, que nada se puede predecir, que todo es imprevisible y la incertidumbre lo inunda todo. Es precisamente de esa incertidumbre preñada de inquietud e ilusión de donde nace la pasión que embauca al cazador”.

Pasión y muerte de un valiente, 2022.


José Manuel Llerena para www.territoriocinegetico.com


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