miércoles, 30 de noviembre de 2022

De barrera a barrera

BEGOÑA LÓPEZ

Entrevistamos a Begoña López, cazadora y docente que hoy sabemos más de esta extraordinaria conjugación cinegética.
TC. Muy buenas Begoña. Antes de comenzar, ¿Quién es Begoña López? 

BL. Alicantina, de madre murciana y padre andaluz. Graduada en Educación Infantil y Educación Primaria, con un máster en tecnología educativa, entre otras cosas. Mi mundo es la educación, trabajo en un colegio de un pueblo de Murcia y mi objetivo es buscar el tesoro que cada niño lleva dentro. LA CAZA NO ES MI VIDA, PERO ME LA DA. La caza, me da vida, me (des)conecta, me divierte, me apasiona, me hace pasar momentos increíbles junto a mi familia. 


TC. La afición se crea, pero también se hereda. ¿Quiénes han sido tus referentes cinegéticos? 

BL. Varias generaciones atrás han tenido este deporte como una pasión, de mi abuelo Juan José pasó a mi padre (Indalecio) y a mis tíos (Juan, José María y Adrián), y de ellos a mí. Ellos, 4 hermanos nacidos en Fuente Vera, una pequeña pedanía de Castril, Granada. Han heredado de mi abuelo, el sentido de la lucha, del trabajo, del amor a la familia y de la caza. Nada me hace sentir más orgullosa que saber de quien vengo, y compartir con ellos afición.


TC. ¿Qué modalidades de practicas? 

BL. En mayor medida la caza mayor, en sus tres modalidades: montería, rececho y espera. Aunque en varias ocasiones también he practicado caza menor. El rececho siempre me ha gustado más, aunque al final lo que verdaderamente me gusta, es el contacto con el monte, patear la sierra, el sonido de la naturaleza, etc. 


TC. Nos relatas brevemente ese lance o vivencia cinegética que más te haya marcado?

BL. Podría contar muchas aventuras vividas, una reciente fue un rececho con mi tío Juan, en una finca en Toledo. En la cual abatimos un venado medalla de oro, pero os voy a contar una anécdota más personal…. La vivencia cinegética que más me ha marcado personalmente fue una montería, en la que compartí puesto con mi padre el 29 de diciembre de 2018. Os relato el día: Todo empezó como un día normal, un sorteo de puestos, en el que nos reunimos con los cazadores de la misma armada para organizamos por coches, con el fin de ir hasta los distintos puestos en los menores coches posibles. Mi padre y yo nos fuimos con un hombre llamado Paco y su hijo Jaime. Los puestos de Paco y Jaime estaban antes que el de mi padre y el mío, por lo que nos llevamos su coche unos metros más arriba. Pasó la mañana y mi padre y yo aunque vimos animales, no cazamos nada, ni un solo tiro pegamos. A la vuelta, cuando fuimos a recoger a Jaime este nos comenta que ha matado un marrano, su primer marrano y que el marrano no estaba en el lugar en el que le pegó el tiro, y que unos hombres de la misma armada consideraban que era suyo. Tras ver que ese jabalí por el lugar en el que había muerto pertenecía a Jaime, se creó una anécdota, ya que si Jaime hubiese estado solo, los señores del otro puesto le hubiesen quitado el marrano, el cual ya tenían hasta subido a su coche. Tras ese suceso, Jaime y yo nos hicimos una foto con el marrano. A día de hoy, Jaime es mi pareja. Ese día no cacé, me cazaron o me dejé cazar. (jajaja) 


TC. Como docente. ¿Cuál es tu opinión sobre el tratamiento de la cinegética en la escuela?

BL. No podría decir cómo es el tratamiento de la caza en la escuela, porque directamente no se trata, en ocasiones siento que fuese un tema tabú. Como tutora y maestra de la asignatura de Ciencias de la Naturaleza, siempre explico a mis alumnos la importancia de la caza para el equilibrio de los ecosistemas. El hacer ver a los alumnos esta importancia, me vino a raíz de una pregunta que lancé hace unos años a una clase de niños de 5º de primaria (niños de 10-11 años). La pregunta fue: ¿por qué creéis que hay animales en peligro de extinción? a lo que un niño me contestó: “por culpa de los cazadores”. 


TC. ¿Has tenido algún problema, llamémoslo juicio de valor, sobre la combinación de tu profesión y de tu afición? 

BL. No solo relacionado directamente con mi profesión, sino también en mi circulo social. En la zona en la que vivo: Pilar de la Horadada, Alicante, la caza mayor no es un deporte común como puede ser en el pueblo de mi padre, ni se suele entender el mundo de la caza, ni menos aceptarlo. Y sí, en ocasiones he sentido juicios de valor, en dónde he tenido que lidiar con frases como: “a una chicha como tú no le pega ser cazadora” o “madre mía maestra y le gusta la caza”. Pero bueno, todo es pensar en qué saben de caza las personas que lo dicen, para no afectarte ese tipo de comentarios. 


TC. En la actualidad se tilda a la caza de no estar dentro de los gustos de los más jóvenes. ¿Cuál sería tu alegato? 

BL. Es cierto que la gente joven, sobre todo, la que vive lejos de la sierra, no se interesa por este deporte, a no ser que lo hayan heredado por familiares o amigos, incluso consideran la caza como un deporte de “antiguos”. Pero yo creo que al final todo depende de gustos más que de edad, porque si algo te motiva y mueve por dentro no importa la edad. 


TC. ¿Qué futuro crees que les depara a la caza? 

Espero que la caza tenga un largo y buen futuro y que yo pueda dejar esta huella tan botina en mis futuras generaciones, aunque para ello cada uno de nosotros debemos de hacer un esfuerzo en donde luchemos contra la caza ilegal y favorezcamos lo derechos de los cazadores.



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