lunes, 30 de mayo de 2022

De barrera a barrera

 SARA RODRIGUES

Entrevistamos a Sara Rodrigues. Cazadora portuguesa con su corazón puesto en África.

 

TC. Hola Sara. ¿Por qué cazadora? ¿Desde cuándo?

SR. Bueno, suelo decir que no me hice cazadora: nací cazadora. En mi opinión, son formas bastante diferentes de sentir y vivir la caza. La caza siempre ha estado presente en mi casa. Mi padre siempre fue cazador y tirador en competiciones de tiro al plato. Mi infancia, los fines de semana, transcurrió en competencias y almuerzos de caza con amigos. Cada vez que mi papá sale de casa con los perros, recuerdo que lo esperaba ansiosa para ver qué había cazado. Alrededor de los 6 años comencé a acompañar a mi padre en sus monterías y desde entonces nunca he dejado este fascinante mundo de la caza. Mi padre y yo construimos una relación padre-hija única y verdaderamente espectacular que ha perdurado a través del tiempo hasta el día de hoy. Creamos una complicidad única y un compañerismo indescriptible. Fue él quien me enseñó todo lo que sé hoy sobre lo que es la caza, sobre la ética en la caza y cómo manejar las armas con la mayor seguridad posible.


TC. Mujer cazadora. ¿Cómo es tu experiencia?

SR. Para mí ser mujer cazadora es lo mismo que ser hombre cazador, pero con algunas ventajas (digámoslo así). Me considero una cazadora como muchos hombres se sienten cazadores. Siento que tengo los mismos conocimientos y habilidades y, sobre todo, me siento perfectamente cómoda para desempeñar este papel de forma autónoma y responsable. Ser mujer en un entorno mayoritariamente masculino, a veces tiene sus ventajas y beneficios. Nunca me sentí discriminada, todo lo contrario,  admirada por conocer a una mujer cazadora y por conocer a alguien que ha tenido muchas experiencias... ¡Cómo los hombres!


TC. ¿Qué modalidades cinegéticas practicas?

SR. Cualquiera que me conozca sabe que soy un apasionada de la caza mayor, es decir, la caza de trofeos. Cacé mi primer jabalí a los 14 años en la Herdade da Murteira, donde fui bautizada como manda la tradición. Desde entonces, comencé a compartir las jornadas con mi padre, dejando así de ser siempre morralera y, en la actualidad, con mi esposo también.


TC. ¿Safaris?

SR. Mi gran pasión, ¡Los safaris en África! Este continente, del que me enamoré hace muchos años, incluso digo que una parte de mí siempre está ahí. Varias cacerías en África. Países diferentes, como Namibia, Mauritania o Sudáfrica, por los que he pasado y donde he vivido muchas aventuras que quedarán para siempre en mi memoria y la de todos los que me acompañaron. Este continente, que me ha visto crecer, con olor único y ambientación sureña, siempre me conquista. Crecí y aprendí mucho sobre la caza en África, con varios profesionales de la caza. Todo lo que vive en estas inmensas sabanas es tan mágico. Es en este continente donde me siento “en casa”, disfrutando al máximo de los animales y la naturaleza, estudiando su comportamiento y grabando fotográficamente siempre que puedo, aprendiendo a "molestar" a los animales de vacaciones y conociendo cada vez mejor su cultura.


TC. La mujer cazadora en Mauritania.

SR. Hablando específicamente de Mauritania, tuve el privilegio de ser una de las pocas mujeres en cazar en este país hasta el día de hoy, en su mayoría musulmanes (sunitas). Aún ven a la mujer como un objeto y una propiedad. Antes de hablaros de uno de los destinos favoritos para la caza de facóqueros, me gustaría transmitiros seguridad y respeto en esta aventura mía, en este país tan peculiar. Como mujer te puedo decir que fui muy bien recibida y respetada, no sintiendo miedo en ningún momento. No me saludan ni me tocan delante de su tribu, pero se dan la mano para cazar juntos, para ofrecerme pan en los pueblos o para felicitarme por algo. Al amanecer y al atardecer siempre nos deteníamos a rezar, descalzos, de rodillas y de cara a La Meca. Experimenté tormentas de arena, dormí en una tienda de campaña y no me duché durante unos días. He visto cientos y cientos de brujos en territorio abierto y no hay nada que pueda pagar por eso. Aquí puedes elegir, aquí puedes admirar, aquí puedes cazar y caminar muchos, muchos kilómetros al día. Días de temblar el corazón todo el día y las mejores cacerías que he hecho en toda mi vida. Se hicieron muchas ofertas y también se perdieron algunas. Un viaje único e inolvidable.


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viernes, 27 de mayo de 2022

Conocer es conservar, por Guillermo Cano

DISFRUTANDO DEL CAMINO, CONSERVEMOS LA CAZA


Echando una ojeada a las redes, uno se da cuenta que la mayoría de cuentas suben fotos y fotos de animales cazados, animales que, sin un contexto, son simples seres a los que el cazador ha arrebatado la vida. Por supuesto, en demasiadas ocasiones cuanto más grande mejor.

El tema de hoy se aleja un poco de la tónica general de la sección, pero creo que tiene cabida porque, conservar la caza como actividad es objetivo de todos aquellos que compartimos nuestros momentos en el campo con el mundo.

La caza no es el resultado, es el camino, camino que muchas veces es infructuoso pero que no por ello es un fracaso. Un corzo o un jabalí "del montón" pueden suponer una experiencia inolvidable si se cazan con dedicación, esfuerzo y astucia, más aún si el contexto así lo justifica, y si la historia que ese animal lleva detrás nos ha llevado horas y horas en el monte, intentando descifrarlo para poder pillarlo en un descuido.

A la vista está que no podemos seguir vendiendo la caza como una colección de cuernas en una pared, la caza es aventura, sacrificio, supervivencia y sobre todo experiencia, una experiencia única. Quizá, si centramos nuestros esfuerzos en mostrar el camino y no tanto el resultado el futuro se nos presente algo más prometedor.

Aquí entran 1000 factores en juego, pero en nuestra mano está que esa esencia "salvaje y aventurera" de la caza sea la que empiece a calar en una sociedad que cada vez mira desde más lejos a nuestra actividad.


Guillermo Cano para www.territoriocinegetico.com


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miércoles, 25 de mayo de 2022

Cazadora y ecologista, por Virginia Caballero

MODO VACACIONES ON


Habitualmente, se organizan los planes de fines de semana con tiempo, al igual que las vacaciones de verano. Todo el año trabajando para disfrutar esos maravillosos días que la gente llama vacaciones. Días en los que, la ciudad se mueve a la playa. Las ciudades que, en invierno son "ciudades fantasma", donde no te puedes tomar ni siquiera un café porque está todo cerrado. Lugares, que en verano, en cambio parecen hormigueros, en los que tienes que luchar por dos metros cuadramos de arena en la playa y rezar porque la gente de tu alrededor y la que vaya llegando no estropeen tu feng shui que tanto ansiabas durante largos meses de trabajo. 

Suerte los que tenemos pueblo de disfrutar de unas vacaciones baratas y tranquilas con los de siempre, pero mayor suerte aún los que tenemos cada día lo que la mayoría de gente tiene solo una semana al año. Subir al monte y sentarme en un mirador a esperar y estudiar las querencias de los animales, recechar con una tasa de éxito bajísima y a pesar de ello vivirlo con una ilusión grandísima y sentirme tan libre como los animales que en contadas ocasiones abatimos, que aprovechamos y compartimos con familia y amigos. Ambientes sanos, de gente buena, humilde y sencilla. 

Asesinos nos llaman algunos, aunque claramente no saben lo que dicen, y aunque no todos los cazadores hagan las cosas bien, seguiré defendiendo y soñando porque así sea, y eso, es la labor que tenemos las nuevas generaciones para poder seguir teniendo lo que yo llamo "vacaciones".


Virginia Caballero para www.territoriocinegetico.com

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sábado, 21 de mayo de 2022

Hablando de campo, con Poveda

MI PRIMER MUFLÓN

Llevaba tiempo con ganas para cuadrar una fecha para acudir a la invitación de mi buen amigo Juanjo y poder abatir un muflón, y por fin se dieron las circunstancias, preparamos el viaje, y llegó el ansiado día.

No pegué ojo en toda la noche, y aunque como siempre me dormí en el viaje, la verdad que los nervios no dejaban de estar presentes en mí.

Llegamos por fin a la finca, al instante baja a recibirnos Juanjo junto con el guarda, (que hombre más sabio, es de esas personas que da gusto escucharlas, porque habla tranquilo, despacio y cada gesto y expresión está cargada de sabiduría en lo que al campo se refiere). Hicimos las presentaciones y nos fuimos a conocer la finca. Yo, acostumbrada a lo que veo a diario todo me sorprendía, no por el paisaje, ya que vivo en una zona idílica, pero si por la cantidad de animales que en ella habitaban.

La cacería tendría lugar al caer la tarde, ya que los muflones tenían querencia en el ocaso a bajar al lugar donde estaba todo dispuesto. Nos fuimos a comer y la verdad que no hay nada como una buena comida de campo. El guarda había preparado unas patatas con corzo y arroz al puchero, que aquello era “delicia de reyes”.

Con el estómago lleno y después de una sobremesa que fue un master sobre campo y cacería, volvía a aparecer en mí la tensión.

El reloj no corría y yo solo quería que fueran las 17:00h, hora que teníamos marcada para ir al cazadero. Mientras bajábamos el guarda me contó que había un muflón que posiblemente daba bronce (era el que quería que abatiera) Luego había otro un poco menor, pero también muy bonito, en fin, que al final hiciera lo que hiciera los animales que allí tenían para mí eran un privilegio, y yo por supuesto súper agradecida.

Una vez allí, nos dijo hacia donde debíamos andar y colocarnos, que los animales no tardarían en salir a comer a la pradera. El viento nos era favorable, ya que aunque la brisa era suave, nos estaba dando en la cara y de esa forma sería más difícil que nos detectaran.

De pronto, empezaron a entrar gamos y a los 20 minutos aproximadamente en lo alto del cerro de enfrente, comenzamos a ver como bajaban varios muflones, y entre ellos 2 que destacaban considerablemente.

Un codazo de Juanjo, una sonrisa cómplice, y comencé a pensar como sería el lance.

Todo estaba sobre lo planeado cuando a 200m  aproximadamente el muflón más grande se detiene, no podía ser, nos había visto, oído o qué sé yo, pero mis dos objetivos se habían detenido desafortunadamente.

Hubo unos momentos de tensión, pero de repente el más pequeño de los dos, comienza a descender a la siembra y a comer cogiendo confianza. Estaba decidida a tirarle, aunque me recree viéndole y estaba esperando que se separara de las hembras, porque un disparo a 100 m, podría atravesarle y abatir otro animal, cosa que no quería bajo ningún concepto.

Cuando ya me encaro el arma, le meto en la cruz veo como los gamos empiezan a ponerse nerviosos y mi muflón en alerta comienza a mirar hacia nuestra izquierda, donde encima de unos riscos aparece el otro macho, que efectivamente nos había descubierto. Fue tal nuestro asombro que me bloquee y no pude ni apuntar a aquel precioso y astuto animal. Pegó un silbido en señal de aviso y nos imagináis la estampida de reses que allí se preparó. Todo se desvanecía y nuestras caras eran un auténtico poema.

Pero por suerte a unos 180 m se me quedó parado el otro muflón, encaré rápido pensando que no tendría otra oportunidad, le metí en la cruz, disparé y…alto, la bala paso por encima del animal unos centímetros pegando en las piedras de detrás levantando la correspondiente polvareda.

La verdad que estaba un poco enfadada y decepcionada por como ese animal nos había chafado el final del día.

Entones nos llamó el guarda, lo había visto todo y me dijo que no me preocupara. Nos dirigió hacia otra pradera que seguro que había otros animales, aunque la calidad del trofeo era algo inferior. Yo no paraba de lamentarme de cómo había errado aquel lance, más por no decepcionar a aquella gente que con tanto cariño me habían preparado la cacería, que por el hecho del fallo, pero en fin, así es la caza.

Continuamos hacia la otra zona y efectivamente al rato bajó un bonito animal pero justo detrás vimos un muflón de aproximadamente 2/3 años que tenía una pata trasera medio amputada, de alguna alambrada que se hubiese enganchado. Juanjo me dijo que disparara al grande pero yo le dije que debíamos quitar un animal así, pues con los prismáticos veíamos que esa pata tenía muy mal aspecto. Entonces dicho y hecho, puse el rifle en el trípode, cogí aire, espiré y zas, animal al suelo. Cuando vino el guarda me felicitó pensando que había abatido el grande, quedó sorprendido y a la vez enfadado porque él quería que me hubiese llevado un buen trofeo, pero a pesar de que era un animal pequeño para mí era el más bonito del mundo. Tuvimos un magnífico día de campo, aprendimos mucho de gente sabia e hicimos una gran labor de gestión gracias a aquel astuto muflón que nos había ganado la partida. Y de esta manera pude abatir mi primer muflón.

¡VIVA LA CAZA!

Poveda Espinosa para www.territoriocinegetico.com

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miércoles, 18 de mayo de 2022

Con tacones y caracola, por Marta López

TEMPORADA DE PLATO

Debido al cierre de temporada, que hay menos actividad cinegética, pronto daré comienzo a mi temporada de plato. No es algo de lo que sea una apasionada, pero si es verdad que me sirve para hacer más amena la espera y aprender a mejorar con las armas. Sobre todo, con la escopeta, que es con a la que menos tiempo dedico.

Pienso que casi todos los cazadores en esta época del año lo compaginamos con algún rececho de corzo, descaste de conejos….

La primera vez que practiqué esta modalidad, me llevé un chasco muy grande. Pensé que sería más fácil de lo que parece, pero reconozco que tiene su maña. Poco a poco, a base de práctica, voy mejorando. Pero sé que me queda todavía mucho por aprender.

Algo que me gusta de tirar al plato, es que soy una persona muy exigente conmigo misma y siempre me gusta superarme. Cuando voy a tirar, siempre me quedo con ganas de más para corregir los errores de cada tirada. Es lo que hace que lo siga practicando, la verdad es que engancha.

Dependiendo del tiempo que tenga lo practico en foso o en recorrido de caza. Si tuviera que elegir entre uno de los dos, me decantaría por el recorrido de caza se hace mucho más ameno y también me sirve para aplicarlo a la hora de cazar.

Yo lo practico con mi escopeta de caza, una Franchi affinity semiatomatica de zurdos, no tengo una escopeta específica para este deporte, y normalmente tiro un cartucho de 24 o 28 gramos.

El año pasado ya conseguía hacerme con unos 14 o 15 platos, todo un orgullo para mí para el tiempo que lo dedico y llevo practicando. Cuando comencé de los 7 u 8 no pasaba. Reconozco que tengo muy buenos amigos tirando al plato, y a base de corregirme, consejos y practica se va notando (tienen el cielo ganado, bendita paciencia).

También hace tiempo participé en una clase con Jaime Ledesma, que fue uno de los que me ayudó bastante. Es un crack tirando, y tengo unas clases con él pendientes desde hace tiempo en Tuescueladetiro. Pero por falta de tiempo y dejadez nunca voy. Pero uno de mis planes de futuro es retomarlas, porque sé que tengo al mejor en mis manos y me hace bastante falta.

Muchos amigos me han animado para participar en tiradas, creen que no lo hago por vergüenza. Pero realmente no me siento preparada. Sé que si me presentara solo de los nervios de pensarlo, se me daría peor de lo que lo hago. Pero sí que es verdad que algún día me gustaría participar y probarlo.

Soy una persona a la que los nervios me afectan bastante y me cuesta bastante controlarlos, con la caza poco a poco lo voy haciendo. Aunque todavía algunas veces me pasan factura. Cuando yo me sienta primero segura en este ámbito romperé el hielo participando. De momento se lo dejo a los realmente aficionados por el plato.

También me sirve para reunirme con los amigos echar unas risas y reírnos de cada uno de nuestros fallos. Comer juntos, estar todo el día en el campo. Es una buena excusa para juntarnos.

Normalmente nosotros solemos hacerlo en el campo de tiro Fuente la Dehesa en Méntrida (Toledo), os lo recomiendo. Es de recorrido de caza y tiene varios campos donde poder practicar, aparte son súper atentos y el trato es exquisito.

Espero disfrutar mucho esta temporada y como cada año ir mejorando, acepto consejos cualquiera es bueno para una aprendiz de tiro al plato.


Marta López para www.territoriocinegetico.com

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lunes, 16 de mayo de 2022

Tiempos de caza, de la mano de JOCAEX

ALANO ESPAÑOL

Mi nombre es Selene González, soy socio de Jocaex y rehalera. En este artículo voy a contar, desde mi experiencia y conocimiento sobre la raza de perro de caza el “Alano español”. 

Es una raza de perro de presa más vista para la caza en montería, también utilizada antiguamente para el trabajo con ganado vacuno, que hoy en día se ven realizando este tipo de trabajos pero ya no tanto como antes.

En nuestra rehala compuesta por mi padre y por mí, el perro que tenemos actualmente para los agarres son alanos, sin duda, es el perro que más nos gusta por muchas cualidades, puesto que es un perro muy activo pero a la vez tranquilo, noble, fiel a sus dueños y muy seguros. Lo que más destacaría de ellos es su valentía. Su educación tiene que ser desde pequeños para que obedezca las órdenes a la primera y vaya tomando buenas aptitudes. Aunque tenga apariencia de perro agresivo es todo lo contrario, son juguetones y muy cariñosos, especialmente con la gente de su entorno pero, sobre todo, les encanta recibir cariño y muchos mimos.

A la hora de cazar, cuando vamos por el monte, su instinto siempre aparece cuando ve o escucha algo, se queda quieto mirando fijamente y cuando está seguro, sin ninguna duda, con valentía, va hacia su objetivo sin pensar en las consecuencias que puede tener. 

Cuando hay un agarre salgo hacia él, ellos ya están allí, porque escuchan a los demás perros y salen con anterioridad, voy muy confiada porque sé que están ellos y a la hora de abatir la pieza sé que no van a soltar. Los llamas y vuelven para continuar, nunca se suelen perder ya que siempre va con sus dueños y saben reconocer la voz. Todo rehalero siempre lleva su perro de agarre de confianza que le proteja y vaya seguro cazando.

Son considerados de tamaño grande, con muy buena proporción y buenos corredores por lo cual necesitan salir y realizar actividad física constantemente, también para mantenerse con buena salud. 

Por su instinto dominante necesita a un dueño que le de las órdenes de manera firme y seria para que le obedezca y no se lo tome como un juego. 

Antiguamente casi llega a su completa extinción quedando muy pocos por dejar de “tener trabajo" tras seleccionar otro tipo de razas para el ganado vacuno. Por suerte, se recuperó utilizando los pocos ejemplares que quedaban para la recuperación de la raza que, en la actualidad, se cuenta con una amplia población por todo el territorio español.

Por sus virtudes y características el Alano español es un ejemplo evidente de que las apariencias engañan.

Selene González para www.territoriocinegetico.com

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viernes, 13 de mayo de 2022

Canes, por Mª Ángeles Ayuso

EL PODENCO CAMPANERO


El Podenco Campanero es un tipo de podenco Andaluz de raza grande. El Podenco Andaluz ha estado siempre presente en Andalucía en el medio rural. Perro muy versátil que ha llevado en la mayoría de las ocasiones algo de carne a los hogares.

Poco se sabe sobre el origen de esta raza, aunque sí que es una de las más antiguas del mundo. Se ha mantenido como raza con pocas variaciones desde sus orígenes.

Perro que destaca por su incansable afición, su belleza y templada estampa, con mirada fija, serena y penetrante.

Dueño de una tradición como es la montería, dotado de la valentía necesaria para hacerse digno de ella.

Tiene un carácter vivo y equilibrado, cariñoso, sumiso, inteligente, noble, sociable y muy leal con el dueño.

Perro de tamaño mediano–grande. Fuerte de musculatura, bien aplomado, robusto.

Pelaje liso, mas o menos largo, de color blanco, o marrón y blanco indistintamente.

Su longitud en machos es de 54 – 64 cm a la cruz, en hembras 53 – 61 cm a la cruz. Peso 27 kg aproximadamente.

El Podenco campanero es de cabeza mediana, bien proporcionada y fuerte cuya terminación es más bien cuadrada.

Orejas de inserción media, de forma triangular. Nariz de tamaño mediano, forma redondeada con fosas nasales bien abiertas y de color miel.

En cuanto a su uso cinegético es una raza muy completa. Perro muy mañoso y sutil con un olfato sobresaliente para los rastros, muy resistente a la fatiga, rápido en la búsqueda y no se achanta ante nada.

Fundamental para la caza mayor, pero también para la caza de conejos. Como buen podenco no hace ascos a ninguna presa.

El cuidado y la educación de esta raza no precisa atenciones especiales, son perros regulares y nada complicados.

¡VIVA LA CAZA!

Mª Ángeles Ayuso para www.territoriocinegetico.com

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lunes, 9 de mayo de 2022

Carta de la web

ESPECTACULAR


La condición humana es quejicosa por antonomasia. No solemos valorar nuestras situaciones porque creemos que es sinónimo de conformismo. Error, ser conformista es comportarse de una manera inmóvil, algo que dista con la ambición teniendo presente la realidad.

Y realidad es que, después del 20M, parece que la meteorología se ha alineado con la marea naranja. Lluvia y sol, vida para el campo, prosperidad para todos.

Cinegéticamente hablando el tema de la codorniz es trascendental. Recurrimos a la migratoriedad para dar explicación al problema. Desde www.territoriocinegetico.com os invitamos a leer el artículo de abril de nuestro compañero Guillermo Cano de Consercaza: https://territoriocinegetico.blogspot.com/2022/04/conocer-es-conservar-por-guillermo-cano.html en el que se aborda la situación desde un prisma muy cercano para todos los amantes de la caza.

Por último, los corzos, los duendes del bosque que son quitasueños para muchos. No se nos olvide respetar a los corcinos. Con ellos pocas bromas.

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