Hablando de Solognac
Mentiría si os digo que escribir este último artículo ha sido fácil, creo que podría llegar a afirmar que sin duda ha sido el más difícil de todos, supongo que quiero dejaros con buen sabor de boca y con ganas de volver a vernos en septiembre y eso unido a mi gran sentido de la perfección, han hecho que sea hoy día 13 a las 22:52 de la noche, cuando la bombilla se ha encendido y este escribiendo estas líneas.
Si algo sabéis de sobra es que soy muy visceral, muy romántica y escribir no es algo que haga con técnica matemática, más bien es todo lo contrario, nunca sé que saldrá de esta caja de recuerdos y a veces me sorprende a mí misma.
Mucho os he hablado en estos meses de los productos Solognac, de lo que más me gusta para la caza de la perdiz, de la nueva gama de mujer, de la que tan orgullosa me siento y en la que tanto camino hay por recorrer o de los imprescindibles para una jornada córcera. Y, aunque a día de hoy, con esta nueva normalidad y con agosto a la vuelta de la esquina, podría hablaros de muchas cosas todavía, como de recechos, de esperas, de los descastes o de los imprescindibles para tener todo listo para la Coturnix. 
No podía cerrar este primer periodo de este blog sin hacer una mención especial a Solognac, como marca, como esencia.... Y es que si tengo claro que a mí me queda mucho por aprender, el trabajo que se realiza en el interior de esta marca es sin duda el más pasional que he conocido. Cazadores que trabajan día a día pensando en lo que nos hace falta, lo que podemos mejorar, lo que necesitamos para poder desempeñar nuestro deporte, nuestra pasión, este estilo de vida tan nuestro de la mejor manera posible, seguros y cómodos y es que aunque parezca muy sencillo, hasta el artículo más simple y la puntada más pequeña está pensada y estudiada para que nuestros días de caza sean del todo placenteros, teniendo en cuenta siempre que el azar es el que manda y que la caza no sería caza si no volviéramos con las manos vacías, pero con la gran satisfacción del trabajo hecho.
Solognac, mucho más que una marca, una gran familia de cazadores que trabaja para que lo importante sea solo cazar y disfrutar de cada jornada. Disfrutar de la muestra de tu perro, del triunfo de tu amigo, de la sonrisa del niño que comienza sus pasos tras su padre y su abuelo y de un rico calderete al finalizar la jornada que sin duda estará plagada de recuerdos y batallas que pondrán la guinda a un día perfecto.
Y así... me despido, hasta la vuelta, con ganas de más, dándoos las gracias por vuestro tiempo, por vuestras palabras y por supuesto deseándoos toda la suerte del mundo en estos días de nueva caza.
Qué el sonido de las batientes alas de las codornices os siga acelerando el corazón.
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Bea Alcoya para www.territoriocinegetico.com
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