lunes, 7 de octubre de 2019

Solognac, con Bea Alcoya

Solognac for women.

Comenzamos octubre y con ello damos el pistoletazo de salida al primer artículo de mi blog "Solognac con Bea Alcoya". 
Si hace años, cuando era una aprendiz en esto de la caza, me hubieran dicho que mis palabras podrían interesar a tantas personas, no me lo hubiera creído. Siempre he sido muy directa, en cuanto a mis pensamientos y convicciones, y por supuesto la caza para mí no es una creencia, sino una convicción, la convicción real de que no hay mejor manera de respetar y cuidar el campo que practicando este deporte, este legendario arte, al que seguro hay que agradecer que a día de hoy estemos aquí. 

¡Y sí! Me he ido por los cerros de Úbeda, pero es que cuando se trata de hablar de caza no tengo fin.

¡A lo que voy! Como dije en mi vídeo de presentación, pertenezco a una familia de tradición cazadora, es decir, llevo la caza en la sangre. 
Todavía recuerdo aquel primer día de caza menor con mi padre y mí abuelo, mis dos grandes maestros, un día de perdiz en mi pueblo Alfaro, un rincón riojano enclavado en el valle del Ebro, con grandes calles llenas de vides y un majestuoso monte Yerga desde el cual nuestra vista se pierde hasta dibujar al fondo los Pirineos. 
No es un terreno muy duro para cazar, bueno, eso lo pienso ahora, cuando comencé a ir de morralera con mi padre, tenía solo 4 o 5 años y ahí os aseguro que, si me parecía duro, a día de hoy, después de haber pisado otros cotos de España puedo asegurar que los hay peores. Y más si de la caza de la perdiz se trata. 
Recuerdo ese primer día con ilusión, todavía con ese entusiasmo de las primeras perdices, de su sonido al batir las alas, de las carreras detrás de ellas y por qué no decirlo, de las terribles rozaduras que me hicieron las botas que llevaba. 
¡Claro! estamos hablando que era mi primer día, era una niña y creo que por aquel entonces no existía todavía  ropa de caza para niños y si existía, desde luego, nosotros no la conocíamos, así que mi atuendo fueron unos vaqueros viejos, un jersey rojo,  por eso de que mi madre era muy previsora y prefería que se me viera a kilómetros, y unas botas de terciopelo azules con cordones rosados que era el “must have” de la temporada. Vamos, que cazábamos con lo que teníamos a mano, era lo que había.... Con el paso de los años todo eso ha ido evolucionando, la industria de la caza ha ido creciendo en todos los negocios relacionados con ella y sobre todo con los artículos textiles y ¡bendito el día! 

Muchos años he estado cazando con ropa de hombre, que bueno…. Cómoda del todo no me resultaba, sobre todo los pantalones, todos sabemos que la forma del cuerpo de una mujer y un hombre es completamente diferente y claro era complicado que la ropa se adaptará a mí, más aún cuando pase de ser una niña a convertirme en una mujer. A finales de este periodo muchas veces optaba por mis propios vaqueros, aunque tenía la pega de que la resistencia de los mismos no era la más adecuada y al final los pinchos hacían de las suyas

A día de hoy, una de las mejores cosas que he vivido con Solognac ha sido la creación de la gama de mujer, la primera vez que me puse unos pantalones de caza de mujer fue en la media veda del 2018 y no sabéis la sensación tan gratificante. ¡Por fin cazaba cómoda! 

Los primeros pantalones que utilicé de la gama fue el pantalón 500 reforzado de tiempo seco.

Que contaros de este pantalón…. Su tejido de algodón con elastano y su cintura elástica le da una gran adaptabilidad a la fisionomía del cuerpo de cualquier mujer, aportando una gran libertad de movimientos, esos tan necesarios cuando subimos y bajamos ribazos, pasamos acequias y sorteamos maleza. Además, una de sus principales novedades para una mayor comodidad de todas las cazadoras es la ausencia de costuras entre las piernas evitando así los molestos roces que a veces se provocan por la fricción de los muslos.
También contamos con un gancho para sujetar el pantalón a nuestras botas, omitiendo la subida del pantalón, lo que nos aporta una mayor confianza a la hora de enredarnos entre la maleza, protegiéndonos con el refuerzo de estructura sargada de doble capa.

Como podéis ver toda una joya de la caza para la mujer, que, con 5 modelos de diferentes tecnicidades en su colección, hace accesible la caza a cualquier mujer.

Hasta este punto, hemos descrito solamente uno de los artículos de la amplia gama que conlleva la colección de mujer que Solognac ha creado para las cazadoras, como podéis ver este articulo seria algo interminable si os desgranase la colección completa, por que la variedad es amplia, pero no va ser hoy el caso, seguiremos hablando de esta colección en otros artículos dependiendo del uso de los mismos.

¡Eso sí! Antes de despedirme quería seguir con otro de los artículos básicos de la gama y que toda cazadora lleva en sus días de caza, ya sea en la caza menor como en la caza mayor y que estoy segura muchas de vosotras, lectoras, tenéis en vuestras manos, ya que ha sido una de las prendas mejor aceptada de la colección. Y no es para menos, ya que tiene un diseño moderno y al mismo tiempo clásico, estoy hablando del chaleco de caza.

¿Qué cazador hoy en día no lleva chaleco en sus salidas cinegéticas? Incluso los hay que tenemos un chaleco para la caza al salto, para la caza del zorzal en puesto fijo y otro diferente para las batidas y monterías.
Aunque es cierto que el chaleco es más usado en caza menor que en caza mayor, por eso de que, tenemos que andar varios kilómetros  escopeta en mano, con los bolsillos y cartucheras llenas de cartuchos y las piezas abatidas, además del agua imprescindible para nosotros y nuestros compañeros perrunos, en las batidas y monterías es imprescindible llevar un chaleco de tejido EPI (fluorescente) y no por moda, si no por nuestra seguridad, es indiscutible que la visibilidad es una de las partes fundamentales de la caza a día de hoy ya que nuestra protección es imprescindible.
Por todo ello las ingenieras de producto de Solognac crearon el chaleco de mujer, reversible, con su lado marrón de tejido resistente a la maleza pensado para la caza menor y su lado de tejido EPI en camuflaje cuyo tejido mitiga los sonidos provocados por el movimiento del cazador, en definitiva un chaleco que nos permite disfrutar de cualquier tipo de caza en una sola prenda, con comodidad, sofisticación, protección y seguridad, con gomas laterales que permiten la adaptación total en nuestro cuerpo, dándonos margen para poder ponernos más ropa en caso de los días más fríos y que no tengas que pensar si iras cómoda además de hacerlo más transpirable. También, contamos con diferentes bolsillos por si necesitas portar tu munición o simplemente meter las manos en ellos, por supuesto como no puede faltar, el morral está adaptado para poder guardar todas nuestras piezas abatidas sin mancharnos y con la seguridad de la impermeabilidad.
Además, para mayor comodidad portando nuestra arma la zona del hombro esta acolchada.  

Como os he dicho podría extenderme varias hojas y aun así no acabaría de contaros a la perfección todo lo que esta colección tiene que ofrecernos, sus posibilidades son infinitas, y el trabajo no ha hecho más que empezar.

Hasta aquí el artículo que da salida a nuestros meses de caza. Espero que os guste, que lo leáis, y que, por supuesto podáis preguntarme por aquí o por mis perfiles en las redes sociales, todo aquello que deseéis.

He disfrutado tanto escribiendo este articulo, que ya estoy deseando de veros en noviembre cazando a la perdiz.

Un saludo a todos y feliz comienzo de temporada.