AVANZAMOS, PERO ¿HACIA DÓNDE?
Por suerte o por desgracia, desde hace un tiempo, me ha tocado lidiar día a día con fotovoltaicas y eólicas que poco a poco van cubriendo nuestros campos como si de un micelio expandiéndose se tratase. Y es justo de eso de lo que hoy quiero hablaros.
Cientos de proyectos de esos que hoy llaman "Energía verde" y que parece ser la solución de todos nuestros problemas como sociedad. Avanzar es inevitable, pero… en estos tiempos en los que la conciencia ambiental es ya una realidad ¿Estamos avanzando hacía el lado correcto?
Grandes extensiones agrarias (que no olvidemos son las que producen nuestro alimento), están siendo ocupadas por hectáreas y hectáreas de placas fotovoltaicas, que hacen de esas tierras un mar de acero negro que a mí al menos me rechina a la vista.
Pero no queda ahí la cosa, las estepas cerealistas son hogar de decenas de especies protegidas que hoy sobreviven a duras penas, especies como el alcaraván, la alondra ricotí, el sisón o la ganga ven como día a día su hábitat simplemente desaparece.
¿Es ahora tan verde esa energía?
La eólica… por el mismo camino, aunque parezca que ya nos hemos acostumbrado a ver las sierras de nuestra "piel de toro" llenas de molinos, y no precisamente de esos de los que hablaba Don Quijote.
Molinos que son auténticas cuchillas contra la avifauna, que causan miles de muertes de calzadas, perdiceras, reales o buitres.
¿Es ahora tan verde esa energía?
Necesitamos la energía, no cabe duda, pero mirando desde la ventana de mi habitación veo hectáreas y hectáreas de tejados vacíos e inevitablemente comienzo a rondar en mi cabeza.
¿No sería más sensato llenar estás miles de hectáreas de tejados, polígonos, bordes de autovías y otros espacios ya degradados y no cientos de hectáreas de vegas llanas donde crece el alimento que nos mantiene en este mundo?
Demasiados factores que uno, por más que se empeña no entiende.
Nos vemos muy pronto compañer@s.
