miércoles, 19 de octubre de 2022

Hablando de campo, con Poveda

ANDATE DE PALOMAS, AUNQUE NO COMAS


Buenas a todos de nuevo.

Después de un tiempo de espera en el que no hemos publicado ningún relato, estamos de vuelta y hoy os quería contar como he podido disfrutar de la media veda.

Ese periodo estival cinegético conocido como media veda, para mí es un mes aproximadamente en el que aprovecho para campear los perros, probar cachorros, en definitiva, empiezo a ponerlos en forma de cara a la temporada general.

El tiempo suele ser caluroso y el madrugón considerable, pero es algo que compensamos con el placer de salir al campo. Buscamos zonas con agua, que en ese tiempo escasea, pero para que los perros estén siempre hidratados y evitar golpes de calor.

También esas zonas cercanas a pequeños arroyos nos permiten poder tirar a alguna codorniz, aunque están muy escasas y mis perros no son precisamente muy devotos de ellas.

A finales de agosto se abre la paloma, y aunque la modalidad es a puesto y el perro solo es necesario para el cobro, este año he pasado unas bonitas jornadas entrenando mi puntería.

Nos apostábamos antes de amanecer con la ilusión de que nuestra postura fuera la elegida por las colúmbidas. Empezaba a aclarecer y los bandos de pinzones y pardillos no paraban de sobrevolarnos remontando la sierra. En ocasiones nos pasaban a escasos metros que parecía que nos iban a chocar, pero lo realmente esperado era el asomar del astro rey y con él el arranque de las palomas de los dormideros.

Pocos minutos después de verse el sol, comenzaban a pasar y ya sonaban los primeros disparos.

El aguante, la paciencia y el calcular la distancia para poder hacer un buen disparo es fundamental, al igual que estar bien tapado, ya que esta ave tiene un ojo muy afinado, que además, agudiza con el paso de las jornadas.

Al final de la cacería toca recoger las piezas abatidas y ahí son fundamentales nuestros amigos los perros, ya que sin ellos no podríamos recuperar muchas de las capturas ocultas entre la maleza.

El refrán, título de este relato, hace alusión a aquellos jornaleros, que en época de poco trabajo, aprovechaban durante largas jornadas, incluso sin parar a comer, para capturar esta ave y almacenarla para comer en épocas de escasez.

Afortunadamente hoy no tenemos esa necesidad, pero la degustación de palomas escabechadas es un sabroso manjar y es una buena forma de ese aprovechamiento de su carne.

En definitiva esta modalidad, no es una de mis favoritas, pero gracias a mis compañeros y maestros en esto de la caza, he aprendido y cogido el gusto a la caza de palomas al paso.

¡VIVA LA CAZA!


Poveda Espinosa para www.territoriocinegetico.com

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