martes, 21 de febrero de 2023

Conocer es conservar, por Guillermo Cano

RETRATO DE UNA SOCIEDAD EN DECADENCIA


Me levanto temprano, hoy el día poco tiene que ver con mi rutina. Cogemos el coche y ponemos rumbo a la capital, hay que coger un avión. Muchos pensaréis que os vengo a contar mi viaje, pero no, no es eso lo que hoy nos reúne.

Nos vamos acercando, autovía y más autovía, carreteras que progresivamente van llenándose de coches, como si de un río se tratase, cada vez más grande, cada vez más gente, humo, mucho humo en el ambiente, gente con prisa, taxis pitando, hay que correr, sino, no llegaremos a tiempo para coger el avión.

Escaparates llenos de productos, para mi sorpresa muchos de ellos con la etiqueta de ecológico, y así mil cosas que llenan el ambiente de un nerviosismo inusual. Mientras espero demasiadas cosas se me pasan por la cabeza, pero por encima de ellas siempre está la paz que encuentro en la montaña, en mi pueblo, en el monte…

Y mientras espero, como no, se me vienen preguntas a la mente. ¿Sabrá esta gente lo que es ver un anochecer en el borde de una siembra? ¿Sabrán lo que es oír el agua del río fluir en una mañana de primavera? ¿Sabrán que el jabalí ya anda en celo, o que el ciervo ya está apunto de desmogar? No soy adivino, ni lo pretendo, pero me atrevería a vaticinar que en sus cabezas ajetreadas no hay tiempo para nada de esto, ya sabéis, hay que correr o perderemos el tren.

Mientras pienso en las gentes del campo, esas gentes pacientes que conocen todo lo anterior se quejan, que se quejan de leyes absurdas cuyos postulados parecen haber salido de la utopía de un mundo inexistente, gentes que se quejan, pero cuyas voces nadie las escucha.

Las decisiones por desgracia se toman ahí, en la ciudad, por gente que en demasiadas ocasiones no conoce nada del medio natural, y es eso el mayor de los retratos de nuestra sociedad, una sociedad que decae y que se ahoga en el humo que nosotros mismos generamos.

¿Cómo podrán estas gentes urbanas defender nuestros valores naturales si no los conocen?
¿Cómo los van a proteger si no los quieren? Y si, hablo de querer, porque para querer algo primero hay que conocerlo.

No se puede proteger lo que no se quiere, no se puede defender lo que no se conoce.


Guillermo Cano para www.territoriocinegetico.com


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