viernes, 24 de febrero de 2023

De barrera a barrera

 BEATRIZ ROSETE

Entrevistamos a Beatriz Rosete, cazadora asturiana y excelente exponente de la nueva juventud cinegética en el aporte de la buena praxis en redes sociales. 

TC. Muy buenas Beatriz. Para todos aquellos que nos leen. ¿Quién es Beatriz Rosete?

BR. Para los amigos, Bea Rosete. Soy una cazadora asturiana apasionada de la actividad cinegética bajo los valores que mi padre me inculcó hace ya más de 15 años cuando le acompañé por primera vez al puesto. Fue en una batida de jabalí con perros de rastro, típica modalidad de mi zona, la que sigo practicando hoy en día e hizo que me enamorara y empezara a defender a ultranza el sector cinegético.


TC. ¿De dónde te viene tu afición? ¿Quiénes son tus referentes?

BR. Al hilo de lo que contaba anteriormente la afición me viene de mi padre, quien ya heredó su pasión por la caza de su padre y sus antecesores. Para mí, papin, como le llamo cariñosamente, no es sólo mi principal referente en el sector sino también mi mayor inspiración tanto a la hora de practicar la caza como de transmitirla y defenderla en redes sociales a ojos de una sociedad en la que el desconocimiento ha hecho que esté en el punto de mira, nunca mejor dicho, de un sector minoritario que quiere terminar con ella.


TC. ¿Qué modalidades practicas?

BR. Las modalidades que practico son, como he comentado previamente la caza de jabalí en batida con perros de rastro y el rececho. A día de hoy, a rececho he cazado jabalíes, un ciervo y un rebeco y me estoy iniciando en la caza menor, una modalidad que me está encantando: las becadas y la perdices… ¡enganchan!


TC. Nos relatas brevemente ese lance o vivencia cinegética que más te haya marcado?

BR. Por supuesto… aunque me cuesta decantarme por una única vivencia porque, cada día que voy al monte, vuelvo con una experiencia y anécdotas nuevas independientemente de haber jugado un lance o no.

Creo que, como marcar, destacaría mi primera vez de puesto con una escopeta de mi padre con la que fallé mi primer jabalí. Primero, como novata que era, no lo dejé cumplir y le tiré antes de tiempo. Me pudieron los nervios. Segundos después el jabalí se me puso a escasos 20 metros y se paró, cuando iba a realizar el segundo disparo apreté el mismo gatillo dos veces-pues no sabía que tenía dos esa escopeta- y vi cómo tranquilo y hasta vacilón, cruzaba la collada y se pasaba a la parte de atrás del monte. Mi cara debió de ser un poema, pero las lágrimas de impotencia aquel día, hoy son una anécdota y un aprendizaje que nunca olvidaré.

Una experiencia inolvidable, fue el lance de mi primer ciervo en la berrea el año pasado en un paraje único como es la Sierra de Gredos. Una entrada rápida, difícil y técnica que culminó con dos disparos certeros y un precioso animal al que pude honrar disfrutando y compartiendo su carne con familia y amigos.


TC. ¿Cuál es esa vivencia cinegética que te gustaría experimentar?

BR. Puf… tengo tantas en mente… creo que me quedo con conseguir mi primer corzo junto a mi padre, y, si su salud se lo permite, llevarle algún día a por un gran jabalí a Turquía o Rumanía para agradecerle mínimamente toda la implicación y apoyo que me ha brindado siempre dando caza a la especie con la que me inició en este increíble mundillo.


TC. Las redes sociales son un fuerte hilo comunicador en nuestra actualidad. ¿Qué consejo darías a todos los seguidores sobre un correcto empleo?

BR. Efectivamente, las redes sociales son un importantísimo medio de comunicación hoy en día, pero también, como siempre digo, son un arma de doble filo para nuestra actividad.

El porqué, muy sencillo: si se publica contenido donde se muestren escenas sangrientas, mala praxis, falta de ética… se está dando no sólo argumentos reales al lobby animalista para seguir atacándonos, sino que se ensucia la imagen de la caza y, por ende, de quienes la practicamos, a ojos de toda una sociedad.

Sin embargo, subir contenido informativo sobre la necesidad y los beneficios de la actividad; transmitiendo los valores de la caza ética y sostenible; siempre con imágenes y vídeos respetuosos con las piezas abatidas y en la medida de lo posible, agradables para la vista de una persona ajena al mundo de la cinegética, sirve para lavar su imagen y contribuye a que cada vez más gente la entienda y la respete.

Mi consejo es, que se actúe bien en el monte y de igual modo, en las redes. Hay que actuar bien, y comunicarlo mejor. Entender que no todo vale, y que, las personas que obran al margen de la ética no deben ser reconocidos como cazadores, pues para cualquier cazador que se precie-entre los que me incluyo-es vergonzoso que una minoría ensucie el nombre de una mayoría que practica correctamente una actividad imprescindible para el mundo rural.

En nuestras manos está parar los pies a esos individuos. Denunciar las injusticias, llamar la atención cuando se observe un mal comportamiento… son cosas que la caza necesita, pues flaco favor le hacemos respaldando o disculpando las barbaridades que a menudo acometen estas “personas” (por llamarlas de alguna manera) mal llamados cazadores.

Está claro que hay que estar unidos, ¡por supuesto! Pero unidos no significa no ser críticos con nosotros mismos, de hecho, creo que lo más importante es esto último: ser críticos en favor de nuestra pasión, en el monte y en las redes.

Esa es la manera de luchar y el camino que hay que seguir si queremos que la caza perdure en el tiempo.


TC. En la actualidad se tilda a la caza de no estar dentro de los gustos de los más jóvenes. ¿Cuál sería tu alegato?

BR. Bueno, eso de que no está dentro de los gustos de los más jóvenes… no estoy del todo de acuerdo, lo que si es cierto es que el gusto por la caza en España varía en las diferentes CCAA según la tradición y arraigo que tiene la cinegética en cada una de ellas. Por mi propia experiencia diría que en comunidades como Castilla León, Extremadura o Andalucía hay una mayor cultura cinegética que en otras zonas, por lo que no es de extrañar que haya también más gente joven perteneciente al sector. Igualmente hay muchísima afición a la caza en todo el territorio español y creo sinceramente que para que esto siga siendo así, es de vital importancia educar a los más pequeños, sobre todo en las grandes ciudades pues en los pueblos los niños tienen un mayor vínculo con la naturaleza, y por tanto conocen de primera mano las necesidades de esta.

Hoy día creo que, tal y como están las cosas, es tremendamente importante transmitir la caza en casa, desde el principio, pues estamos ante-yo creo-uno de los periodos más complicados y convulsos para la actividad, por el desconocimiento de muchos y el odio de unos pocos.

Por ello es tan vital el relevo generacional y me enorgullece ver que cada vez son más los jóvenes y las jóvenes que se inician en esta maravillosa actividad.


TC. ¿Qué futuro crees que les depara al sector?

BR. Son la base y el sustento del mundo rural por lo que podríamos englobarlos en un mismo grupo.

Honestamente creo, que nos depara un futuro bastante negro… no quiero ser pesimista, pero al menos, bajo mi punto de vista, esta es la triste realidad.

La sociedad en su conjunto tiende a ser cada vez más urbanita, el despoblamiento rural, el extremista movimiento animalista ponen en peligro al campo, a su gente, sus actividades y su vida en general.

Creo que la base para mejorar la futura situación es, por un lado, la educación de los más pequeños, la unión de los sectores afectados y un trabajo intenso por parte de estos para informar y transmitir el verdadero peligro que suponen ciertas tendencias para el mundo rural que es el motor de las ciudades y otros núcleos urbanos. En definitiva, la situación socio-política actual requiere, sin lugar a dudas, un cambio.



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