Hablando de campo, con Poveda

RECUERDOS

Hola compañeros, pues llegó febrero y con ello la recta final de la temporada. 

Una temporada que para mí ha sido muy satisfactoria, en la cual, he disfrutado mucho, además de aprender en cada jornada de campo.

En el recuerdo quedan aquellas jornadas de media veda en las cuales pude perseguir a las escurridizas codornices, y días más tarde afinar puntería con las torcaces. 

Esos días de calor nos acompañaron hasta bien entrado el otoño. Las primeras monterías estuvieron marcadas por la sequía y el cansancio de los perros se dejaba notar según avanzaba la mañana.

Los recechos de octubre han sido excelentes con unos lances increíbles que siempre quedarán en mi memoria, cobrando trofeos bonitos en unas ocasiones y en otras haciendo una labor de gestión y ayuda para las fincas.

La temporada general comenzó con el denominador común del año, la sequía.

Madrugar para evitar el calor era la solución, además de llevar siempre agua sobre todo para nuestros canes. 

Tras un primer día desastroso detrás de los conejos debido a las altas temperaturas y mala puntería, hemos ido alternando días muy buenos con otros un poco más oscuros en cuanto a capturas, no así, en cuanto a lecciones de caza, ya que mis compañeros y maestros siempre me enseñan algo nuevo.

Ya solo nos queda este mes, Febrerillo “el loco”, que como su sobrenombre indica, es un mes corto y alocado donde tengo pensado ir de caza día sí y día también. 

Se suceden monterías sábados y domingos, unos días al puesto y otros como más me gusta, de perrera, siempre acompañando a los canes de Rehalas J.M Montero, rehala que siento como si fuera mía, ya que cazo con ella habitualmente.

En resumen, la temporada la podríamos calificar como notable en todos sus aspectos y solo pido poder seguir disfrutando así muchísimos años de esta, nuestra afición.

No quería cerrar este artículo sin recordar momentos trágicos que sucedieron hace unos días, y que me afectaron mucho personalmente.

El comienzo del año nos trajo la pérdida del REHALERO ADRIAN MILIAN quien en las pocas veces que coincidimos me mostró la gran persona que era, y que en esos mismos días JUANJO perdía a su padre, un GRAN CAZADOR que tan solo tuve la ocasión de verlo una vez pero sus palabras rebosaban sabiduría, amigos que son familia, familia que se crea a través de este noble arte que es la caza, que sigan disfrutando de sus lances ahí arriba, en el cielo.

Descansen en paz.

¡VIVA LA CAZA!

Poveda Espinosa para www.territoriocinegetico.com

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