miércoles, 30 de septiembre de 2020

De barrera a barrera

 Andrea Martí

Hoy entrevistamos a Andrea Martí, periodista taurina que nos da su particular visión sobre el ámbito cinegético actual. Nos relata sus comienzos y nos proporciona una visión optimista de cara al futuro.
TC. Muy buenas Andrea. Referente dentro del sector taurino-cinegético, pero ¿quién es Andrea Martí? 

AM. Andrea es una chica sencilla enamorada en su totalidad del campo, la caza, los toros y los caballos, intentándolo así, expresar a cada paso. 

TC. Periodista taurina, actualmente podemos escucharte en COPE, en el programa El Albero. Cuéntanos de él. 

AM. Trabajar en El Albero ha significado mucho para mí, ya que hacer de tu pasión una profesión es el lujo de pocos afortunados. 

En el momento en el que me ofrecieron trabajar allí hace poco más de año y medio, me pareció un proyecto precioso y muy ilusionaste, ya que el poder informar de la actualidad taurina a todos los que comparten la misma pasión que tú o trabajar mano a mano con los matadores, ganaderos o personalidades del mundo del toro que más admiras, proporciona mucha felicidad. 


TC. ¿Por qué encauzaste tu profesión hacia el periodismo taurino? ¿Qué camino hay hasta llegar a él? 

AM. En la universidad estudié tres carreras; Periodismo, Publicidad y Comunicación Audiovisual y Multimedia. En mi primer curso, con tan solo 18 años y sin nada de experiencia me adentré en un programa de radio que se llamaba El Esportón. Recuerdo que iba a las grabaciones muy nerviosa y con miedo a trabarme porque nos escuchaban muchos toreros, los cuales yo admiraba profundamente. Fue una etapa muy bonita en la que conocí a muchos profesionales del área. En el momento en el que el programa se dejó de emitir me propuse exponer mis ideales por medio de las redes sociales, en particular Instagram, la cual me ha dado mucha visibilidad para expresar mis pasiones y vivencias en este mundo. Poco después me llamaron para el El Albero. 


TC. Sabemos que tu afición a la caza no te viene de cuna. ¿Cómo empezaste con la escopeta al hombro? 

AM. El mundo de los toros me ha hecho toparme con personas muy enamoradas por la caza, un mundo que yo desconocía por completo y que me enamoró desde el primer momento, así que efectivamente no me viene de cuna, ya que en mi familia nadie practica ninguna modalidad cinegética, pero aún así no me faltaron ganas de sacarme las licencias necesarias y tirar al campo con mi escopeta. 


TC. ¿Cuál ha sido el mayor cambio de percepción una vez te has adentrado en la cinegética? 

AM. Aunque no practicase ninguna modalidad cinegética siempre he entendido y respetado la caza. El amor por el campo y la gente con la que me he topado entre jaras y ladridos de perro lo han hecho una de mis grandes pasiones. 

Además, la fundación Artemisam siempre ha ido de la mano conmigo proporcionándome grandes conocimientos y dándome la oportunidad de acompañarles y aprender de ellos a dónde vayan. 

TC . ¿Qué modalidades de practicas? 

AM. Practico tanto la caza mayor como la menor, según se tercie, pero te confieso que soy una loca escopetera, ¡me encanta la menor! Esa rivalidad amistosa por ver quién ha conseguido más reses, el taquito con los amigos y las risas al ver fallar, es algo que por pocas cosas cambiaría, pero, ¿quién no es posible que le conquiste la caza mayor? la ladra de los perros en un día de montería cuando la res rompe el monte, de las noches en vela, de las voces de los rehaleros jaleando a sus canes, de las migas por las mañanas… 


TC. Nos relatas brevemente ese lance o vivencia cinegética que más te haya marcado? 
AM. Te podría decir que fue uno de los días más emocionantes de mi vida. La gente con la que fui, las sensaciones sentidas… algo verdaderamente increíble. A 150m de distancia y tras estar recechando toda la mañana vi al corzo con el que me harían novia… Recuerdo las voces de mis amigos diciendo “¿Le ves?, pues tranquila”, y segundos después saltando de emoción porque le había abatido. Es cierto que yo en en un primer momento no me lo creía, eran tantas emociones que no sabía ni expresarlas, pero cuando lo vi, tengo que reconocerte que se me cayeron unas lagrimillas de felicidad. 


TC. La redes sociales son un fuerte hilo comunicador en nuestra actualidad. ¿Qué consejo darías a todos los seguidores sobre un correcto empleo? 

AM. El respeto al animal es algo que representa al buen cazador. El poner una res abatida es algo de lo que todos los cazadores hemos pecado, ya sea por vanidad o por el mero hecho de sentir orgullo por el trofeo obtenido. 

Hay que ser conscientes de que en la época en la que vivimos y la sobreexposición que ofrecen las redes sociales, tenemos que andarnos con más cuidado que nunca e intentar enseñar la caza como una actividad necesaria que se lleva ejerciendo durante siglos. 


TC. En la actualidad se tilda a la caza y a la tauromaquia de no estar dentro de los gustos de los más jóvenes. ¿Cuál sería tu alegato? 

AM. Pienso que el gran problema está en la desinformación. Los medios convencionales no ayudan, todo lo contrario, lo corrompen. Es un pena, pero en la mayoría de casos entendible que si no has nacido en estos mundos, no puedas apreciar estas actividades como algo pasional. Tanto en la tauromaquia como en la cinegética, tienes que entender la vida y la muerte como un proceso de vida en un animal, y el mascotismo incitado por algunas asociaciones alegan todo lo contrario. 

TC. ¿Qué futuro crees que les depara a los dos sectores? 
AM. Siempre he sido positiva en este sentido. En la actualidad todo fluye detrás de las modas, siendo este momento el de ser animalistas, ecologistas, vegetarianos y veganos para ser aceptados frente a una sociedad sin valores. Esta moda pasará, como sucede con todas, y la gente que practica la caza o va orgullosa a un plaza de toros lo hará sin temor a ser criticado. 



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