martes, 6 de octubre de 2020

Pasión por la caza, con Montse D.H

SEGURIDAD EN MONTERÍAS

Ante el comienzo de una nueva temporada referente a batidas y monterías, éste mes quiero hacer mi reflexión sobre nuestra actitud en las mismas en lo relativo a las normas de seguridad que todos los participantes en las monterías y/o batidas debemos cumplir.

Esta temporada atípica por motivos sanitarios nos tendremos que adaptar a una serie de normas hasta ahora impensables. Gran parte del atractivo de las monterías es el aspecto social de las mismas, muchos de los participantes acuden a las mismas movidos por relaciones de amistad con orgánicos, monteros, rehaleros y en general amigos que se reúnen en torno a una actividad, la caza, que les apasiona. Pero las reuniones en el restaurante o bar de turno, este año serán diferentes. Simplemente los saludos con viejos compañeros de batallas serán más fríos, los desayunos de las típicas migas, en el caso que se produzcan, serán con distancia de seguridad, los sorteos de puestos a distancia. Esos corros de monteros comentando lances de la pasada temporada o las valoraciones del puesto que ha caído en suerte, todo va a ser distinto.

Pero dejando a un lado las circunstancias sanitarias, me centraré en los aspectos puramente cinegéticos que todos debemos adoptar.

En el traslado a los puestos las armas deberán ir en sus fundas correspondientes, no sólo por seguridad sino por evitar golpes en caídas inesperadas, resbalones… Una vez en el puesto y cuando comprobemos que los compañeros de puestos colindantes están ubicados en sus posturas, será cuando procederemos a desenfundar, cargar el arma y ponernos una prenda de alta visibilidad. Como cada vez viene siendo más habitual llevar acompañantes al puesto deberemos tener un plus de precaución en el manejo del arma tanto al cargarla y descargarla como en el desenlace de algún lance que se nos presente. Si hemos tenido la suerte de disparar y no tenemos la certeza de haber acertado o comprobamos haber alcanzado nuestro objetivo, es fundamental no abandonar nuestro puesto bajo ningún concepto, la pieza herida o muerta seguirá ahí y tiempo tendremos de buscarla cuando termine la montería.

Si se produce un agarre en la proximidad del puesto y no acuden los rehaleros al remate, es nuestro deber acudir al mismo pero provistos únicamente del cuchillo de remate, nunca con el rifle y avisando a los puestos colindantes que abandonas el puesto para acudir al agarre.

Si finalizada la montería observamos que hemos herido alguna res, deberemos esperar y se lo haremos saber a nuestro postor y será en ese momento cuando procederemos a pistear pero por supuesto sin rifle. En alguna ocasión he comprobado cómo algún montero ha rematado con un disparo a alguna res herida poniendo en riesgo al resto de participantes monteros, rehaleros, postores y ocasionando la consiguiente llamada de los perros que ya estaban de recogida.

En muchas ocasiones las batidas y monterías por diferentes motivos: frío, aburrimiento, mala suerte... Se hacen muy largas y no es raro observar cómo algún montero abandona su puesto antes que les recoja su postor, este hecho no solo pone en riesgo su integridad sino la del resto de compañeros además de dificultar la labor del postor y de la propia organización.

Una vez en la junta de carne y manteniendo las distancias, trataremos de comentar los lances y vivencias de una nueva montería que aunque en diferentes circunstancias hace que mantengamos viva nuestra pasión por la caza a pesar de todos los impedimentos. Suerte a todos, mucha precaución en el campo y en la carretera.

Nos leemos en el siguiente post.

¡VIVA LA CAZA!


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