APROVECHAMIENTO DE LA CARNE, UNA OBLIGACIÓN MORAL
Una vez recogidos todos los perros nos acercamos al pueblo, ya era tarde y la noche se echaba encima, la emisora cantaba que aproximadamente se habían cazado 10 animales. Cuál fue mi sorpresa cuando una vez allí comprobé que solo 4 jabalíes habían sido bajados del monte, y que de esos 4 ninguno iba a ser aprovechado, el resto, como podéis imaginar se quedó en el monte.
¿Para esto cazamos? Rondaba mi cabeza entonces un sentimiento entre la pena y la indignación, desde niño he encontrado en la obtención de carne el mayor aliciente de la caza, y como no también la mayor justificación. No era el único que pensaba parecido en ese instante, ya casi todos se habían y solo quedábamos allí la gente del pueblo y los que ese día habíamos batido con esfuerzo el monte posibilitando la captura de esos animales.
¿Hacia dónde estamos yendo?¿Se han convertido las monterías en simples “campos de tiro”? Entiendo que esta situación era algo puntual, y que en la mayoría de ocasiones la carne se aprovecha, pero creo que mientras se sigan produciendo imágenes como esa, la caza, con razón, estará en boca de quien nos mira desde fuera. Es imposible explicar al que nos pone en duda que esos animales iban a acabar comidos por los carroñeros, sin que el cazador que los abatió se llevase de ellos ni siquiera un pedazo de carne.
¿Qué pensarían de esa imagen nuestros abuelos, aquellos que cazaban con esfuerzo y que aprovechaban hasta el último pedazo de los animales que abatían? Aquellos que nos inculcaron esta pasión, no lo olvidemos.
Me jugaría lo que fuese a que esa noche más de uno de los cazadores que abatieron su jabalí cenaron carne, carne envuelta en plástico, cortada y envasada en una simple bandeja, un sinsentido ante el que por mucho que me esfuerzo, no encuentro explicación.
Caza solo aquello que vayas a comer, si no estás dispuesto a aprovechar lo cazado…¿Por qué cazas?
Guillermo Cano para www.territoriocinegetico.com
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