ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA, LA HIBERNACIÓN
El invierno se encuentra en su máximo esplendor, la escarcha cubre las umbrías cada mañana y el sol parece reacio a despertar. Los animales estos días necesitan obtener calorías para mantenerse calientes y la tarea es complicada, en el monte ya no hay mucho que echarse a la boca.
La selección natural actúa ahora más que nunca, por ello, hay muchas especies en nuestros montes que han desarrollado magníficas estrategias de supervivencia. Si una sobresale estos fríos días por encima de las demás es la hibernación.
Todos, en mayor o menor medida, conocemos como mejor ejemplo de ello, al majestuoso Oso Pardo Ibérico, una joya faunística que tenemos la suerte de tener en España, y que poco a poco parece que va recuperándose después de estar al filo de un punto de no retorno.
Esta adaptación lleva a los Osos a permanecer en sus oseras (algunas en abrigos rocosos y otras excavadas) disminuyendo sus ritmos vitales al máximo, las pulsaciones bajan a apenas 10 por minuto y su temperatura corporal baja unos 4-5 grados.
Su respiración apenas se sitúa en 6 respiraciones por minuto, y quizá lo más curioso sea que en estos meses ni defecan ni orinan. Pero ¿Cómo lo consiguen? Pues bien, es posible gracias a que tienen microorganismos en su intestino que convierten la urea en otras formas nitrogenadas utilizadas en la construcción de aminoácidos. Es decir, básicamente transforman la orina en proteínas.
Las hembras, por increíble que parezca, y al contrario que la mayoría de mamíferos paren justo en este periodo de hibernación, por ello, para ellas es imprescindible acumular gran cantidad de grasa antes de la llegada del frío.
Pero el oso (algo tan lejano para un conquense como yo, aunque tenga la suerte de trabajar con ellos) no es el único animal que hiberna, tenemos ejemplos mucho más cercanos en nuestros montes.
Erizos o tejones son otros habitantes del monte que pasan estos meses al abrigo de su guarida.
La naturaleza es maravillosa, un libro inacabable abierto para todo aquel que quiera leerlo.
¡Aprovechemos nuestras salidas al campo!
Guillermo Cano para www.territoriocinegetico.com
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