2020
Hemos experimentado el no poder salir de casa durante meses, el convivir bajo una mascarilla, el aminorar nuestras preciadas reuniones sociales, la pérdida de empleos y, sobre todo, las defunciones en soledad. Este pintón 2020 ya tiene un hueco en los libros de Historia, además del fascículo que cada uno hemos editado.
Cinegéticamente hablando, podemos decir que la caza presenta una muy buena salud, sí, allí donde algunos que pisamos de vez en cuando el campo les apreciamos a muchos que presentan la medalla del amor a los animales... Sin embarrar sus botas por los montes de nuestra geografía.
Esta evidente bonanza tiene mucho que ver con la legislación, siempre mejorable, pero que ha conseguido leyes, en ocasiones no del todo cómodas, que han fortalecido la expansión de la fauna, si bien, todavía tiene que mejorar para acertar con las resoluciones de carácter más específico. Por ejemplo, la gestión de lobo, de la cabra montés en la sierra madrileña, de los arruís en Sierra Espuña, o la prohibición de la caza en Parques Nacionales... No es poco.
www.territoriocinegetico.com quiere lanzar un interrogante. Cada vez las zonas rurales están más despobladas, por lo que el contacto directo con el medio disminuye. También la presión social es incesante, el animalismo mal entendido y la demonización a los cazadores adquiriendo el juicio de valor como arma arrojadiza, aleja y dificulta la sucesión de los más jóvenes. Y lo peor, la política que es uno de los principales lastres de nuestro sector. Mal consuelo saber que no es el único al que han ido debilitando.
¿Será este año el punto de inflexión definitivo para una caída en el número de licencias?
