EL NOVIAZGO EN LA CAZA, POR UNA VUELTA A LA ESENCIA
El momento en que uno caza su primer animal, sin duda, es uno de esos recuerdos que quedan para siempre en la cabeza y, como no podía ser de otra forma, ese instante queda recogido en la centenaria tradición del noviazgo.
Hace unos días se creó una intensa polémica alrededor de esta tradición a raíz de unas imágenes y un vídeo que salieron a la luz y en las que se mostraba una joven cazadora ensangrentada, con cabeza y tripas "decorando" su cuerpo, rodeada de personas en tono jocoso.
¿Cómo explicamos esto a quien nos mira desde fuera? ¿Tiene una justificación aceptable?
Desde luego, que en mi opinión, esas imágenes son denigrantes y como tal no pueden tener justificación alguna, como tampoco creo que la tengan esos planteles repletos de cabezas desmembradas donde parece que solo importan unas simples cuernas que colgar en la pared, pero eso es otro tema.
Que esas imágenes no tengan cabida para mí, no quiere decir que la tradición del noviazgo no sea noble ni respetable, sino todo lo contrario. En mi opinión, es uno de los momentos más profundos en la caza, momentos que yo entiendo como solemnes (lo cual no quiere decir que no sean alegres) y que creo que se deben hacer con el máximo respeto, tanto hacia el animal como hacia la persona.
Un par de manchas de sangre y un abrazo del cazador más veterano, creo que son más que suficientes para hacer de ese instante algo inolvidable, así me lo enseñaron. Además, creo que es algo que con el debido tacto puede ser comprensible por la sociedad.
La caza avanza y se moderniza, pero no debemos ni podemos permitirnos caer en la desvirtuación que día tras día vemos en tradiciones centenarias como esta. Mantener y volver a la esencia es responsabilidad de todos.
Desde aquí os invito a todos a la reflexión.
Guillermo Cano para www.territoriocinegetico.com
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