miércoles, 11 de noviembre de 2020

Conocer es conservar, con Guillermo Cano

GATOS ASILVESTRADOS. ¿SOMOS CONSCIENTES DEL PROBLEMA?


No hace falta más que mirar a nuestro alrededor, ya sea si vivimos en una gran urbe o si vivimos en un pequeño pueblo de nuestra España abandonada, para darnos cuenta de que existen decenas de gatos callejeros que campan a sus anchas en las noches en las que nosotros, los humanos, dormimos plácidamente.

Las mascotas nos han acompañado desde tiempos inmemoriales, casi desde que “el hombre es hombre”, sin embargo, en los últimos años, se ha instalado en la sociedad lo que en muchos círculos se ha denominado el “Mascotismo”, que no es otra cosa que el pensar, a grandes rasgos, que perros y gatos tienen más derechos que el resto de los animales que nos acompañan, aunque sean estos últimos autóctonos o estén protegidos.

Cualquier pequeño observador que haya echado la vista a la ribera del río o arroyo de su municipio, habrá podido observar a algún gato asilvestrado portando en sus fauces pollos de mirlo, ratoncillos, sapos… A priori podríamos pensar que todo esto es un problema menor, y que solo son unos cuantos “gatetes” buscando algo que llevarse a la boca, pero si atendemos a los datos veremos que el problema alcanza dimensiones insospechadas.

Estos datos concluyen que en Estados Unidos los gatos asilvestrados son responsables directos de la muerte de 2400 millones de aves, cifras muy por encima de las causadas por los aerogeneradores, y contra los que tanto claman algunos sectores animalistas.

Si atendemos también a los datos de la UICN, el organismo conservacionista más importante a nivel mundial, podremos observar que la acción de estos felinos ha contribuido a la desaparición de, al menos, el 14% de los vertebrados extintos. Actualmente, su presencia amenaza, además, la supervivencia del 8% de las especies de aves, mamíferos y reptiles catalogados como en peligro crítico.

Una vez vistos los datos, y siendo conscientes del problema resulta todavía más chocante e indignante que cientos de instituciones públicas apoyen e incentiven la alimentación de colonias gatunas. Resulta más indignante aún, que, en estos tiempos difíciles, con cientos de personas muriendo cada día la “Dirección general de derechos de los animales” permita saltarse el toque de queda para seguir alimentando la destrucción de nuestra biodiversidad.

Mi mayor preocupación en este tema es observar que la gente que alimenta estas colonias piensa en realidad que está llevando a cabo una buena acción y está convencido de ello, aún con las consecuencias antes vistas. Por ello creo que este problema viene de muy atrás, desde la niñez y desde la falta de educación ambiental en nuestro sistema educativo, de los dibujos en los que el gato y el perro hablan, pero en los que el sapo o la rata de agua son feos y malos. Por ello aprovecho también estas líneas para agradecer a todos esos educadores ambientales que cuentan la situación tal y como es, sin miedo a ser tildados de cosas indeseables.

Por desgracia, os tengo que decir que no tengo la varita mágica para la solución de este problema, aunque desde luego el incentivar las colonias gatunas desde las instituciones y medios de comunicación no ayuda en nada.

El control y retirada de estas colonias es para nuestro medio ambiente esencial, por mucho que duela, si no actuamos rápido nuestra biodiversidad y nuestra riqueza faunística se verá abocada a un oscuro futuro.

Guillermo Cano Ortega de Consercaza para www.territoriocinegetico.com

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